"Defendemos con firmeza los intereses fundamentales de nuestra nación. Taiwán es una parte integral del territorio de la República Popular China, y la unidad de China es un noble deber nacional y una tendencia histórica imparable sin lugar a dudas", dijo el ministro al añadir que "la independencia de Taiwán no acabará bien, y la intervención de fuerzas externas no tendrá éxito".
Agregó que el Ejército Popular de Liberación de China "nunca permitirá que Taiwán se separe de la Gran China".
Las relaciones oficiales entre Pekín y Taipéi quedaron suspendidas en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista chino Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista de China y se trasladaran a Taiwán.
Los vínculos entre ambos territorios chinos solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a fines de la década de 1980, sin que existan en la actualidad contactos oficiales entre las autoridades.
Pekín considera a Taiwán como su provincia rebelde y rechaza tener relaciones diplomáticas con cualquier país que las mantenga con Taipéi.
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