El Gobierno de Irak condena ataques estadounidenses a zonas fronterizas con Siria y los tacha de una “violación flagrante de la soberanía nacional” del país árabe.
La madrugada de este lunes, los cazas estadounidenses han atacado dos lugares cerca de la ciudad de Al-Bukamal en Deir Ezzor (este de Siria), fronteriza con Irak, dejando un niño muerto y tres civiles heridos. Además, lanzaron otros ataques contra las posiciones de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) en la región de Al-Qaim, en el oeste de Irak, cerca de la frontera con Siria, en los que cuatro miembros de esta movilización iraquí cayeron mártires.La Cancillería iraquí ha recalcado hoy, vía Twitter, que Bagdad “no permitirá de ninguna manera que el territorio del país sea parte de cualquier conflicto o confrontación para ajustar cuentas”.
Ha denunciado además que los bombardeos estadounidenses “son una agresión y una violación de la soberanía nacional” de Irak e infringen “las normas y convenciones internacionales”.
La Cartera de Exteriores iraquí ha urgido la necesidad de respetar la “soberanía y unidad” a través de una “coordinación y comunicación sostenida” con todas las partes implicadas en los acontecimientos de Irak, al tiempo que ha considerado necesario acudir a “iniciativas diplomáticas” para evitar que este tipo de sucesos se repitan”.
El tuit concluye diciendo que Bagdad está investigando lo sucedido “para evitar cualquier escalada que pueda ir en detrimento de la seguridad y la estabilidad de Irak”.
Los bombardeos estadounidenses han sido condenados también desde el Ministerio de Defensa iraquí, donde su portavoz, Yahya Rasul, también ha tachado lo sucedido de “una violación flagrante e inaceptable de la soberanía y la seguridad nacional de Irak”.
El Departamento estadounidense de Defensa se ha atribuido la responsabilidad del ataque, y afirmado, sin pruebas, que las fuerzas populares “tenían planeado ataques contra personal e instalaciones estadounidenses en Irak”.
Las Unidades de Movilización Popular de Irak han condenado en los términos más firmes los ataques, diciendo que se reservan el derecho a responder las agresiones de las “tropas de ocupación estadounidenses”.
Las Al-Hashad Al-Shabi, una institución militar que ha desempeñado un papel crucial en la destrucción del grupo terrorista Daesh en Irak y sigue luchando contra los remanentes de esta banda ultraviolenta junto a las Fuerzas Armadas sirias, ha sido con frecuencia blanco de ataques estadounidenses.
Expertos de seguridad e informes de inteligencia indican que los bombardeos estadounidenses contra las instalaciones de las fuerzas populares, sobre todo en la frontera sirio-iraquí, forman parte de un plan secreto de EE.UU. para resucitar a Daesh.
Las autoridades sirias e iraquíes acusan a EE.UU. de instrumentalizar a Daesh para socavar la seguridad y la estabilidad de Siria e Irak, y justificar su presencia militar en ambos países árabes.
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