El líder del grupo Asaib Ahl al-Haq, Qais al-Jazali, rechazó el martes las acusaciones que lanza EE.UU. para justificar sus ataques contra las fuerzas populares iraquíes y aseveró que las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) han declarado claramente que no son responsables de los ataques a las fuerzas estadounidenses en Irak.
Señaló que EE.UU. es la parte que comenzó a cobrar vidas de los iraquíes y a llevar la batalla a este nivel. Como consecuencia, prosiguió, las operaciones de la Resistencia también “se han movido a una nueva etapa”.
“Ojo por ojo, diente por diente […] Si Estados Unidos continúa derramando sangre de los iraquíes”, recalcó, para luego señalar que la respuesta de las fuerzas populares a las agresiones estadounidenses llegará en un lugar y con unas armas que ni el enemigo israelí pueda imaginar.
EE.UU. mata a quienes luchan contra Daesh
Al-Jazali aseveró que el hecho de que las fuerzas estadounidenses matan a quienes luchan y se enfrentan al grupo terrorista Daesh demuestra que no tienen como objetivo luchar contra esta banda.
“Fue la inteligencia estadounidense la que creó Daesh, y fue el Ejército estadounidense el que le proporcionó ayuda”, agregó el líder iraquí, exigiendo la retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak, ya que la amenaza militar de Daesh, por la que Estados Unidos justifica su presencia en Irak, ha desaparecido.
Al-Jazali enfatizó también que el bombardeo de las fuerzas iraquíes dentro del territorio iraquí por parte de fuerzas extranjeras es una violación de la soberanía del país árabe que debe ser condenado.
El domingo, varios cazas estadounidenses bombardearon zonas limítrofes entre Siria e Irak, dejando tras de sí varios muertos y heridos, incluidos algunos civiles. Las Unidades de Movilización Popular de Irak confirmaron que cuatro de sus combatientes cayeron mártires en estos asaltos.
El Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) alegó el lunes, en un comunicado, que los bombardeos fueron en respuesta a los ataques de las fuerzas populares contra las bases y tropas estadounidenses en el suelo iraquí, donde el pueblo, harto de esa presencia ilegal, exige la retirada de las fuerzas foráneas.
El ataque aéreo estadounidense provocó condenas de Bagdad, el Ejército iraquí, las Unidades de Movilización Popular de Irak y los grupos de la Resistencia iraquí que amenazaron con vengarse de Washington por tales agresiones.
Las autoridades de Irak tachan de inaceptables las ofensivas de EE.UU. contra sus fuerzas populares, así como la violación flagrante de la soberanía iraquí.
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