En medio de la escalada de tensión con el Occidente, Rusia y China extienden un tratado de amistad y cooperación de 20 años de duración, firmado en 2001.
Rusia y China han renovado este lunes sus pacto de amistad y cooperación, firmado en julio de 2001, a través de una reunión virtual entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping. El tratado se prolongará “en forma automática” en febrero de 2022 por otros cinco años.“En tanto el mundo ha entrado en un periodo de turbulencias y cambios, y la humanidad se enfrenta a riesgo diversos, la estrecha cooperación sino-rusa aporta energía positiva a la comunidad internacional”, ha destacado el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, citando por un comunicado conjunto emitido por Kremlin, celebrando el 20º aniversario de este tratado.
Asimismo, Xi ha puesto de relieve que los dos países están defendiendo “un verdadero multilateralismo y la justicia global”.
Por su parte, el mandatario del país euroasiático ha subrayado la importancia de que Rusia y China no tienen reivindicaciones territoriales entre sí y que este reconocimiento se apoya en una base jurídica firme.
De acuerdo con Putin, la cooperación entre Moscú y Pekín ha desempeñado “un rol estabilizador en las cuestiones globales, en un contexto de intensificación geopolítica”.
El presidente ruso ha destacado que en este documento se recogen “acuerdos fundamentales” como el apoyo mutuo en la protección de la unidad estatal y la integridad territorial, así como, el compromiso de no ser los primeros en utilizar armas nucleares y de no dirigirse mutuamente misiles estratégicos y el respeto del derecho soberano a elegir un sistema social y un modo de desarrollo, y no hacer injerencia en los asuntos internos de ambos países.
Este acercamiento se produce en los momentos que se escalan las tensiones y las competencias comerciales entre China y Estados Unidos, y un contexto de deterioro de las relaciones ruso-estadounidenses.
Rusia y China, siendo ambas dos superpotencias nucleares y militares, desde hace mucho tiempo han venido defendiendo un mundo multipolar en aras de preservar la estabilidad y la seguridad de todas las naciones del globo traqueo. En contraposición a esta postura, se haya la amparada por un EEUU, que, en busca de ampliar sus horizontes hegemónicos para sus réditos geopolíticos, no duda en intervenir militarmente y punitivamente en otros pueblos sin importarle en lo más mínimo las consecuencias que se enfrentarían estas poblaciones.
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