La mayor amenaza para el futuro de Estados Unidos no viene de otros países, sino que de la misma nación americana y sus graves problemas nacionales, considera el columnista de The New York Times Nicholas Kristof, en una nota editorial.
La llegada de Joe Biden a la Presidencia causó entre los ciudadanos estadounidenses una acentuada sensación de confianza en que el líder político del país es capaz de hacer lo correcto, al contrario de su predecesor, subrayó Kristof. Sin embargo, consideró que en términos de bienestar en el país y competitividad en el extranjero, "la pura verdad es que Estados Unidos se está quedando atrás".
"En algunos aspectos, nos dirigimos hacia la mediocridad", subrayó el columnista en su artículo titulado 'La mayor amenaza para EEUU es el propio EEUU'.
Para ilustrar su posición, Kristof comparó algunos índices de otras naciones con aquellos del país norteamericano.
"Los griegos tienen tasas más altas de graduación de la escuela secundaria. Los chilenos viven más. Los jóvenes de 15 años en Rusia, Polonia, Letonia y muchos otros países son mejores en matemáticas que sus homólogos estadounidenses, lo que tal vez sea una métrica de la posición de las naciones en una generación o dos", escribió Kristof.
El columnista subrayó que una quinta parte de los estadounidenses de 15 años no es capaz de leer al nivel que se espera de un niño de 10 años. Un dato que genera preocupaciones acerca de cómo esos millones de estadounidenses van a competir con otros ciudadanos del mundo en una economía globalizada, sostuvo.
El periodista agregó que, pese a que a los estadounidenses les gusta considerarse los "número uno" en todo, la realidad es bastante distinta. De hecho, EEUU se encuentra en la 28 posición del índice de progreso social, que mide salud, seguridad y bienestar en todo el mundo.
"Peor aún, Estados Unidos fue uno de los tres únicos países, de 163, que retrocedió en bienestar durante la última década", destacó Kristof.
Es más, el más reciente Anuario de Competitividad Mundial —WCY, por sus siglas en inglés— colocó a Estados Unidos en el puesto número 10 de un total de 64 economías analizadas. Un estudio prospectivo similar del Banco Mundial clasifica al país norteamericano en el puesto 35 entre 174 países.
Según Kristof, "la mayor amenaza para el futuro de Estados Unidos" no es "la emergente China" o lo que llamó "la Rusia rebelde", sino los propios problemas dentro del país.
"Es genial que tengamos nuevamente un presidente respetado por el mundo. Pero no estamos 'de regreso' y debemos enfrentar la realidad de que nuestra mayor vulnerabilidad no es lo que otros países nos hacen, sino lo que nos hemos hecho a nosotros mismos. Estados Unidos no puede alcanzar su potencial mientras tantos estadounidenses no alcancen el suyo", recalcó.
Para Michael Green, director ejecutivo del grupo que publica el índice de progreso social, "el fracaso crónico de Estados Unidos para convertir su fuerza económica en progreso social es un gran lastre para la influencia estadounidense".
"Los europeos pueden envidiar el dinamismo corporativo de Estados Unidos, pero pueden consolarse de que están haciendo un trabajo mucho mejor en una serie de cuestiones sociales, desde la educación hasta la salud y el medioambiente", sostuvo Green, citado por Kristof.
Green considera, además, que las economías emergentes, "cuyos ciudadanos están comenzando a disfrutar de una calidad de vida cada vez más cercana a la de los estadounidenses" se vuelven cada vez menos "dispuestos a recibir sermones del Gobierno de Estados Unidos".
Kristof considera que el fomento de programas sociales puede hacer más para fortalecer EEUU que el proyecto de 1,2 billones de dólares que buscan aprobar los funcionarios estadounidenses para modernizar el arsenal nuclear del país.
"Nuestras mayores amenazas hoy son aquellas que no podemos atacar con armas nucleares", escribió el columnista.
El autor del texto puso de relieve también que la democracia estadounidense también ha dejado de ser el ejemplo que los ciudadanos del país siempre han creído que era. Un ejemplo de ello son los comentarios de internautas de otros países acerca de la invasión al Capitolio y los intentos de los republicanos de impedir la votación en las últimas elecciones presidenciales.
"La democracia estadounidense nunca fue un modelo para el mundo tan brillante como nos gustaba pensar, pero ciertamente está manchada ahora", subrayó.
Asimismo, el columnista consideró que el "sueño americano" de la movilidad ascendente, que atrajo a muchos migrantes al país en décadas pasadas, se vuelve "cada vez más quimérico". Un estudio de Stanford, citado por Kristof, concluyó que "es más probable que el sueño americano se encuentre al otro lado del Atlántico".
"Para traer de vuelta a Estados Unidos de verdad, deberíamos preocuparnos menos por lo que hacen los demás y más por lo que nos hacemos a nosotros mismos", concluyó Kristof.
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