"Una retirada de tropas puede ocultar una otra [retirada]", subraya la autora del artículo, Sylvie Kauffmann.
De hecho, la retirada de los efectivos franceses de Níger, donde el país "esperaba encontrar un refugio para sus tropas expulsadas de Malí", se produce solo dos años después del fracaso estadounidense en Afganistán. Aunque París espera realizar el retorno de sus militares "de forma organizada", en el artículo esa intención se contrapone a la imagen de evacuación desastrosa de EEUU de Kabul en 2021.
"La retirada no es solo militar. En los frentes diplomático y político, Occidente (...) también tiene que hacer concesiones", subraya la autora del texto.
Los últimos acontecimientos en el mundo político prueban que el año 2023 constata la nueva realidad, postula Kauffmann, aclarando que "los 'países centrales del Sur'" ahora "no están sujetos a las actitudes de los 'países centrales del Norte'".
El hecho lo demuestra una serie de cambios en el escenario geopolítico. Entre ellos, el mayor rechazo de la India y África de seguir los deseos de EEUU y Europa, así como la creciente confrontación directa de la estrategia de desarrollo del Sur con la del Norte, postuladas por exigencias en voz alta de un nuevo reparto del poder y un orden mundial diferente.
El inicio de la operación militar rusa en Ucrania, provocó una auténtica conmoción para los países occidentales, de acuerdo con la publicación. Occidente esperaba que sus iniciativas y acciones desencadenadas contra Rusia atrajeran a numerosos partidarios, pero la realidad fue diferente.
"No solo su conmoción no fue universal, sino que su insistencia en situar a Ucrania en el primer plano de los dramas mundiales les salió el tiro por la culata", comenta Kauffmann.
"Un ejemplo perfecto del doble rasero"
"Muchos países no aceptan la indignación de Occidente. Es cierto que tampoco aprueban necesariamente las acciones de Rusia. Pero, sin embargo, ven en las exigencias occidentales de sanciones a Rusia un ejemplo perfecto del doble rasero de las potencias del Norte, tan indiferentes ante los interminables conflictos del Sur", revela la columnista.
La actuación de Francia en los países africanos constituye "el ejemplo clásico" de la política de doble rasero occidental, ya que el Estado, reiterando la necesidad de democracia, "se comporta de forma antidemocrática con los africanos" en los ojos del Sur.
Como detalla la autora del texto, desde el inicio de la operación militar, el Sur ha empezado a postularse en la arena mundial de una nueva manera y sigue socavando la posición de Occidente.
"Una brutalidad sin precedentes" hacia Occidente
Los cambios en la configuración mundial se hicieron claramente visibles luego de tres reuniones internacionales celebradas en agosto y septiembre: la cumbre de los BRICS en Johannesburgo, la cumbre del G20 en Nueva Delhi y la Asamblea General de la ONU en Nueva York. En todos estos eventos, el mundo occidental no ha logrado impulsar su agenda de tal modo como antes.
Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró su deseo de asistir a la cumbre de los BRICS, pero tuvo que enfrentarse a la negativa de facto, mientras que la ministra de Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, calificó su idea de "divertida".
Entretanto, el enfoque de la cumbre de G20 en Nueva Delhi fue, "según un alto diplomático europeo, 'de una brutalidad sin precedentes'". En la India, a los europeos "de repente les resultó difícil", promover sus ideas utilizando agendas como Ucrania u otras para atraer partidarios, mientras que Occidente en su conjunto tuvo que hacer concesiones en la cuestión ucraniana, que se reflejaron en la declaración final.
"Además, la reunión fue 'sin precedentes' porque, obviamente, Occidente no esperaba semejante resistencia", señala Kauffmann.
En cuanto a la Asamblea General de la ONU, solo el presidente estadounidense, Joe Biden, fue el único jefe de Estado y miembro permanente del Consejo de Seguridad que asistió al acontecimiento, y su discurso también ha sufrido cambios en comparación con intervenciones anteriores.
"En primer lugar, se dejó de lado el tema de la dicotomía entre autocracias y democracias. Pero, sobre todo, el líder estadounidense hizo hincapié en el desarrollo sostenible, el clima y la reforma de las instituciones internacionales. Y solo abordó el conflicto de Ucrania en la parte final", explica la autora del artículo.
Los países occidentales "están pagando el precio"
La última cuestión, que toca Kauffmann, es el sistema internacional global creado por Occidente y que representaba a los mismos países occidentales en un momento clave de la necesidad de transformarlo.
"Los 'occidentales' tampoco supieron o no quisieron aprender las lecciones de la crisis financiera de 2008, provocada por EEUU, y desarrollar esquemas más equitativos para resolverla. Ahora están pagando el precio. Como resultado, su incapacidad para imponer a todo el mundo su visión del conflicto en Ucrania ha hecho que las sanciones contra Moscú se hayan superado con éxito gracias a la ayuda de varios países. Gracias a ello, la economía rusa está resistiendo mucho mejor de lo esperado", concluye Kauffmann.
No hay comentarios:
Publicar un comentario