“El 22 de septiembre, [la ciudad de] Sebastopol fue atacada de nuevo y no cabe la menor duda de que este ataque fue planeado de antemano utilizando medios de inteligencia occidentales, equipos de satélites de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], aviones espía, y que se llevó a cabo a instancias de los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos y en estrecha coordinación con ellos”, ha dicho este miércoles la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova, en una rueda de prensa.
Moscú anunció que el ataque causó daños materiales al cuartel general de la flota rusa del mar Negro en el puerto de Sebastopol, en la península de Crimea —anexionada a Rusia en 2014—. Sin embargo, el Kremlin descartó las afirmaciones de Kiev de que el ataque con misiles se cobró la vida de 34 militares rusos.
Zajarova ha calificado de “terroristas” el ataque del viernes y otros lanzados contra el territorio ruso, y asegurado que tienen como objetivo “desviar la atención de los intentos fallidos de contraofensiva de las Fuerzas Armadas ucranianas e intimidar a la población, sembrar el pánico” en la sociedad rusa y “desestabilizar la situación política” del país euroasiático.
No obstante, la diplomática ha hecho hincapié en que Kiev no logrará materializar sus objetivos siniestros. “Como ya se ha dicho muchas veces, estamos decididos a poner fin a cualquier manifestación de neonazismo y a las prácticas de odio en Ucrania”, ha indicado.
En dicho ataque, Rusia anunció haber derribado cinco misiles lanzados contra Sebastopol y que uno de sus militares había desaparecido.
Kiev aseguró que su ataque a Sebastopol mató, entre otros, al comandante de la Flota rusa en el mar Negro, Viktor Sokolov. Sin embargo, la noticia generó polémica después de que el alto mando castrense ruso reapareció el martes en una reunión militar de alto nivel en Moscú.
Rusia, que lleva a cabo una operación militar en Ucrania desde febrero de 2022, con el objetivo de desmilitarizar y desnazificar a Kiev, denuncia el envío de armas por parte del Occidente al país eslavo.
El martes, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, criticó que EE.UU. y sus aliados continúan armando a Kiev a pesar de la falta de resultados y advirtió que así solamente “están empujando a Ucrania hacia la autodestrucción”.
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