Según el informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, citado por el Financial Times en un artículo publicado el jueves 21 de septiembre, la tasa de capacidad de misión —el porcentaje de tiempo durante el cual el avión puede realizar una de las misiones asignadas— de la flota del F-35 era de aproximadamente 55% en marzo de 2023, muy por debajo de los objetivos del programa. Estos resultados se deben en parte a los problemas de mantenimiento de los depósitos y de la organización.
"Los desafíos de mantenimiento afectan negativamente la preparación de los aviones F-35", y el bajo nivel "se debe en parte a los desafíos con el mantenimiento organizativo y del depósito", señala el reporte.
Al respecto, el documento precisa que la gran dependencia de los contratistas para el mantenimiento de las aeronaves limita la capacidad del Pentágono para controlar las decisiones de atención en los depósitos.
Los retrasos también surgen de la escasez de repuestos, una capacitación inadecuada en mantenimiento, un equipo de soporte insuficiente y una falta de datos técnicos necesarios para realizar las reparaciones.
"El Ejército estadounidense tiene 450 F-35 (las variantes son utilizadas por la Fuerza Aérea, la marina y el Cuerpo de Marines) y el Pentágono planea comprar aproximadamente 2.000 más para mediados de la década de 2040, lo que costará 1,7 billones de dólares durante el ciclo de vida del programa, incluidos 1,3 billones de dólares para mantenimiento de la aeronave", precisa el artículo, que informa que cada una de estas naves le cuesta a Washington 160 millones de dólares.
El Financial Times añade que los aliados de Estados Unidos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Asia, así como Israel, también han agregado F-35 a sus fuerzas aéreas, mientras que el Ministerio de Defensa del Reino Unido es uno de los mayores clientes.
Apenas la semana pasada, el Gobierno de Joe Biden aprobó la venta de 25 aviones de combate F-35 a Corea del Sur por un total de 5.060 millones de dólares, confirmando la dependencia a las aeronaves producidas por la compañía armamentista estadounidense Lockheed Martin.
El diario británico observa que el informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental se publicó pocos días después de que un F-35 del Cuerpo de Marines se estrellara en Carolina del Sur, lo que provocó una búsqueda del avión hasta su eventual hallazgo un día después, planteando dudas sobre la eficiencia de las aeronaves.
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