Mientras que ciertos procedimientos, como la reparación de las orugas, pueden realizarse sobre el terreno, el mantenimiento del motor del carro de combate requiere "condiciones de laboratorio especializadas", algo de lo que Ucrania carece actualmente, indicó Matviichuk.
Para rectificar este problema, EEUU tendría que establecer algún tipo de servicios de reparación sobre el terreno ucraniano. Sin embargo, por el momento esta tarea no parece ser una prioridad para los estadounidenses debido al número relativamente pequeño de tanques que son enviados, añadió el experto.
"Al principio van a enviar entre 10 y 15 tanques, y el número total de carros de combate, que se enviarán, será 30. Esto requerirá la creación de un centro logístico, que va a ser caro", señaló.
El servicio y mantenimiento de los cañones y los sistemas de puntería electrónica de los Abrams requerirá, además, no solo grandes esfuerzos, sino también un número considerable de personal cualificado.
"Por ejemplo, un batallón de tanques estadounidenses requiere un batallón de mantenimiento, de unas 500 a 600 personas, que deben ocuparse del mantenimiento y la reparación del equipo del batallón de tanques", explicó.
El hecho de que los tanques Abrams utilicen combustible de aviación, que Ucrania no produce, también supone un reto adicional para la logística militar, observó el experto.
El despliegue de los carros de combate estadounidenses en Ucrania también requeriría dotar a las fuerzas ucranianas de blindados de recuperación capaces de remolcarlos, equipos de desminado y de ingeniería necesarios para facilitar el movimiento de las columnas de Abrams, así como de vehículos blindados de reconocimiento específicos, sugirió Matviichuk.
"Básicamente, un tanque requiere unos 12 tipos diferentes de vehículos que ayuden a mantener ese tanque combatiendo", detalló.
De acuerdo con Matviichuk, los carros de combate Abrams entregados a Ucrania compartirán el destino de los tanques alemanes Leopard, cuyos restos carbonizados sirvieron recientemente como testimonio del fracaso de la contraofensiva de Kiev.
"Serán destruidos o acabarán averiándose durante su primer enfrentamiento, y los soldados ucranianos simplemente los abandonarán", afirmó.
El experto sugirió que a los propios EEUU pueden no querer ver cómo las fuerzas armadas de Rusia destruyen en masa los tanques M1 Abrams, lo que supondría un duro golpe para la imagen cuidadosamente construida de estos carros de combate.
Esto, junto con el hecho de que no está claro cómo se comportarían exactamente los tanques en las condiciones otoñales e invernales de la zona de conflicto, plantea interrogantes sobre cuándo exactamente las tropas rusas podrían verse cara a cara con estos tanques, postuló Matviichuk.
Recientemente, el presidente de EEUU, Joe Biden, declaró que el primer lote de los carros de combate M1 Abrams va a llegar a Ucrania a finales de este mes. Hasta ahora, el gobierno estadounidense se ha comprometido a suministrar a Ucrania unos 31 tanques de este tipo, pero queda por ver si esta cantidad será suficiente para pasar a convertirse en algún tipo de cambio de juego en el conflicto ucraniano.
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