“Esta noche, las Fuerzas Armadas de Rusia lanzaron un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance de emplazamiento aéreo y drones de asalto contra las instalaciones de la industria militar y otros objetivos”, ha anunciado el Ministerio de Defensa de Rusia este jueves.
Según la Cartera rusa, el ataque grupal llevado a cabo la madrugada de este 21 de septiembre también estuvo dirigido contra “centros de espionaje electrónico y bases de entrenamiento de grupos de sabotaje de las Fuerzas Armadas de Ucrania”. “Todos los objetivos fueron destruidos”, ha indicado el portavoz del Ministerio ruso, teniente general Ígor Konashénkov.
Además, aseveró que los sistemas de defensa aérea rusos han derribado 75 drones ucranianos: el máximo número de vehículos no tripulados destruidos en un día desde el inicio de la operación especial militar rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022.
En las últimas 24 horas, han sido derribados cinco misiles de largo alcance Storm Shadow donados por el Reino Unido a Ucrania, cuatro sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS, y un misil antirradar HARM, fabricados por EEUU, entre otros objetivos, ha avisado la Cartera rusa.
Rusia comenzó su operación militar en el territorio ucraniano el año pasado, con el objetivo de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania y evitar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EEUU, convierta a su vecino occidental en una base antirrusa.
Rusia acusa a Occidente de prolongar la guerra en Ucrania con el envío incesante de armas y equipos militares a Kiev y compara dichas políticas con las del exdictador alemán Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que movilizó a toda Europa para luchar contra las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Pese a todo, los resultados de las medidas occidentales no son los esperados, por lo que la probabilidad de que en algún momento los países occidentales se cansen y dejen de ayudar a Ucrania no parece lejana.
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