El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría poner en peligro el abastecimiento de agua en el oeste del país, por su “enfoque imprudente” hacia las relaciones con México, advirtió un estudio del Centro para el Progreso Estadunidense (CAP).
El CAP, un centro de orientación progresista ubicado en Washington, hizo notar que los derechos al agua del río Colorado están determinados por el Tratado sobre aguas internacionales entre México y Estados Unidos, firmado el 3 de febrero de 1944, que expira a finales de 2017 y que la administración Trump deberá negociar con México.
“Una descompostura de las relaciones entre Estados Unidos y México podría poner en peligro los tratados, poner más tensión en los abastos de agua y detonar condiciones de escasez con un impacto devastador sobre empleos y economía”, señaló su autor Ryan Richards.
“La búsqueda de un muro fronterizo incrementaría las complicaciones. De manera similar al resto de la frontera Estados Unidos-México, la región fronteriza a lo largo del río Colorado tiene comunidades que están en estrecha proximidad una de la otra”.
El tratado establece que México asigna agua a Estados Unidos del río Bravo, y Estados Unidos asigna agua a México del río Colorado.
Específica que la contabilidad en la entrega de agua a Estados Unidos se lleva por ciclos y, en caso de sequía extraordinaria, los faltantes se reponen en el ciclo siguiente. También menciona que, cuando la capacidad asignada a Estados Unidos en las presas internacionales se llena con agua de su propiedad, termina el ciclo y los faltantes se cancelan.
Actualmente más de 35 millones de estadunidenses y dos millones de hectáreas de riego dependen del agua del río Colorado.
En 2012, la administración de Barack Obama anunció la llamada Minuta 319, que permitió a México mantener la porción de su dotación del lago Mead para uso futuro.
El CAP destacó que el acuerdo entre autoridades estadunidenses y mexicanas resultó entonces en beneficios compartidos de dar a México un nuevo espacio de almacenamiento, el tiempo que se incrementaron los niveles del agua en el lago para evitar escasez.
En 2014, una porción del agua del lago Mead fue liberada, lo que permitió al agua llegar al delta por primera vez en años.
El CAP apuntó que en virtud de que la minuta 319 expira a finales del presente año, la nueva administración de Trump necesita asegurar que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) continué las negociaciones bajo el tratado bilateral de 1944.
“El liderazgo es necesario para colaborar con el gobierno mexicano y para futuros acuerdos sin mostrar preferencias innecesarias por algún usuario particular del agua”.
De acuerdo con el CAP, las proyecciones del nivel del agua para el lago dan un sentido de urgencia a las discusiones con México sobre las asignaciones en la reserva, a fin de evitar episodios de escasez en el abasto.
El análisis destacó que la relación entre Estados Unidos y México ha dado pasos cada vez más positivos en años recientes, no sólo en el manejo del río Colorado, sino a través de acciones de cooperación en comercio y seguridad.
Pero recordó que una de las promesas de campaña de Trump fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Resaltó que el tratado incluye un acuerdo con México que estableció la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza y el Banco Norteamericano de Desarrollo (NADBANK) que apoyan a esfuerzos de conservación del agua en la región fronteriza.
“El manejo del río Colorado es un asunto claro e inmediato, y no debe desatenderse la urgente necesidad de una mayor seguridad del agua en la zona”, finalizó el CAP.
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