EE.UU. y el Reino Unido tienen un plan para presionar a Rusia a que retire sus tropas de Siria y termine su apoyo al presidente Bashar al-Asad.
Así lo reveló el domingo el periódico británico The Telegraph en un informe donde indicó que dicho plan influyó en la decisión del canciller británico, Boris Johnson, de cancelar el sábado su visita a Moscú (capital rusa) —prevista para esta semana— tras un contacto telefónico con el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson.
Según la fuente, el proyecto estadounidense-británico incluirá una oferta tácita a Rusia para volver a unirse al Grupo de los Siete (G7). Recordar que el G8 suspendió la membresía de Moscú en el club en 2014 en represalia por la adhesión de la península de Crimea a Rusia, convirtiéndose así el bloque en el G7.
Se entiende que Boris Johnson, el canciller, está trabajando en una propuesta del G7 que exigirá que Vladimir Putin (el presidente ruso) a retirar sus tropas de Siria y dejar su respaldo a Bashar al-Asad”, según el informe de The Telegraph.
Además, señala que Johnson anunció que, en lugar de visitar Rusia, considera que su prioridad es enviar “un mensaje claro y coordinado a los rusos” sobre Siria, lo que constituirá el tema principal que Londres abordará con sus aliados en la próxima reunión del G7.
El periódico británico señala que el líder del Partido Liberal Demócrata del Reino Unido, Tim Farron, criticó a Johnson —en relación a la cancelación de su visita a Moscú— por estar fuertemente bajo la influencia de Washington y permitir que manejen su agenda desde el país norteamericano.
El informe también indica que los intentos de Londres para renovar sus políticas hacia Siria se produjeron después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenara el lanzamiento de 59 misiles de crucero Tomahawk contra el aeródromo militar de Al-Shairat en la provincia siria de Homs (centro).
Trump emitió esta orden so pretexto de acabar con la base desde donde procedió, según alega, la operación contra un depósito de armas realizada por Damasco en Jan Sheijun, en la provincia noroccidental de Idlib.
El 30 de septiembre de 2015 Rusia empezó a petición del presidente sirio una campaña de bombardeos aéreos contra las posiciones de los grupos terroristas para detener su avance en el territorio árabe y hasta ahora sus campañas aéreas han tenido éxito.
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