Según el diario, dados los malos resultados de la contraofensiva lanzada por Ucrania en el verano, y los abultados fondos que ha estado enviando EEUU a Kiev, se hace imprescindible impulsar una investigación independiente para averiguar cómo se ha utilizado el dinero de los contribuyentes estadounidenses y cuánto de esos recursos fue a parar a los bolsillos de la élite corrupta del país de Europa del este.
Vale recordar que apenas el domingo 3 de septiembre, el líder ucraniano Volodímir Zelenski anunció el reemplazo de su ministro de Defensa, Alexéi Réznikov, quien se encontraba envuelto en una serie de escándalos de corrupción, explicando que la dependencia necesitaba "nuevos enfoques", en una admisión poco frecuente de los malos resultados ucranianos en el campo de batalla.
El artículo del Washington Times recuerda además que el apoyo a la escalada bélica de Kiev es cada vez menos popular entre los ciudadanos estadounidenses y en el propio Congreso, algo similar a lo que también está ocurriendo en el Parlamento Europeo.
Incluso, indica la nota, la Administración de Joe Biden está filtrando a la prensa su descontento con la contraofensiva de Ucrania con la intención de "cubrirse" ante la opinión pública para evitar ser asociados al fracaso de Kiev.
Por todo ello, afirma el diario, "es esencial descubrir qué parte de nuestra ayuda a Ucrania se ha desviado hacia fines corruptos".
Para lograrlo, sugieren, debería nombrarse un inspector general especial y darle los mismos poderes para investigar que tenía la oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de examinar la inversión en el país invadido (y posteriormente abandonado a su suerte) por EEUU.
Este inspector independiente "podría realizar investigaciones civiles y criminales para determinar qué parte de la ayuda estadounidense a Ucrania se gasta adecuadamente, cuánto se pierde debido a la corrupción y quién se beneficia. Podría recomendar el procesamiento de los perpetradores", estima la publicación.
El Washington Times opina que no debería haber más ayuda a Ucrania aprobada por el Congreso a menos y hasta que se establezca este funcionario.
"Los demócratas del Senado ciertamente se opondrán y harán todo lo posible para acabar con cualquier esfuerzo de este tipo. Temen lo que encontraría un nuevo inspector general al examinar la posible corrupción en Ucrania, tanto pasada como presente", vaticina el diario.
El artículo recuerda que el exfiscal ucraniano Viktor Shokin acusó tanto a Joe Biden —en aquel momento vicepresidente de EEUU— como a su hijo Hunter Biden de aceptar sobornos que llevaron al despido del funcionario en 2016, mientras investigaba a la empresa de gas natural Burisma Holdings, en la que el vástago del actual presidente de EEUU ocupaba un puesto en su directorio, pese a no tener experiencia alguna en cuestiones de energía o en el mundo de negocios de Ucrania.
"En enero de 2018, Biden se jactó, en video, de que, como vicepresidente, había amenazado al entonces mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, con retener 1.000 millones de dólares en préstamos si Shokin no era despedido. Biden continuó alardeando de que la amenaza funcionó", señalan, afirmando que hay una creciente montaña de pruebas que sugiere que ambos Biden fueron sobornados por la empresa ucraniana para frenar la investigación en curso, algo que finalmente conseguirían.
El propietario de Burisma Holdings, Mikola Zlochevski, incluso le dijo a un informante del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en 2016 que "cuesta 5 [millones de dólares] pagarle a un Biden y 5 [millones de dólares] a otro Biden", según filtraciones reportadas por la prensa de EEUU.
"Zlochevski presuntamente tiene 17 grabaciones de conversaciones telefónicas con los Biden, en al menos dos de las cuales participó Joe Biden. El nuevo inspector general podría obtener esas grabaciones y cualquier otra evidencia de corrupción (pasada y presente) que nuestra ayuda de 77.000 millones de dólares a Ucrania ha financiado. Es posible que el inspector general descubra que algunos de esos fondos se han desviado para proporcionar sobornos al presidente, a su hijo Hunter o a la red de empresas que enturbian los negocios de Hunter", adiverte la nota.
No hay ninguna razón, concluye el diario, aparte del interés de los demócratas en proteger a los Biden, para no establecer un inspector general especial que investigue la corrupción de la ayuda de EEUU a Ucrania.
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