De acuerdo a la nota, titulada "Se avecina una crisis en la legitimidad presidencial de Estados Unidos", si bien existen elementos que podrían alterar la dinámica política estadounidense (un problema de salud del octagenario Biden, o una condena a Trump en alguno de sus múltiples frentes judiciales), el escenario más probable es que ambos vuelvan a enfrentarse en los comicios presidenciales del 2024.
La repetición de la contienda electoral que se dio en el 2020 podría significar que Estados Unidos tenga pronto "una crisis de legitimidad presidencial, independientemente de quién gane o con cuánta diferencia", pondera la nota del diario norteamericano.
La razón para jusitificar esta afirmación, especialmente llamativa al tratarse de país que suele considerarse a sí mismo "la democracia más antigua del mundo" y que va por el mundo diciéndole a los demás cómo deben gobernarse, tiene que ver con la precaria situación judicial y política de ambos aspirantes, así como con la creciente polarización partidaria en la sociedad estadounidense.
La nota recuerda que el presidente Biden está cerca de enfrentar un juicio político en la Cámara de Representantes debido a sus presuntos vínculos con los cuestionados negocios como cabildero de su hijo Hunter Biden, que aceptó millones de dólares de empresas extranjeras y, más controversialmente, de la empresa ucraniana de gas Burisma Holding, en la que su vástago, sin experiencia corporativa o conocimientos del sector energético, ocupaba un puesto de la junta directiva.
Vale recordar que el fiscal que entonces investigaba a la compañía, Viktor Shokin, acusó tanto a Joe Biden —en aquel momento vicepresidente de EEUU— como a su hijo Hunter de aceptar sobornos que llevaron, tras la presión del Gobierno de Barack Obama, al despido del funcionario en 2016, levantando las sospechas de corrupción y tráfico de influencias de parte del ahora mandatario demócrata.
En el caso de Trump, el expresidente está acusado de varios delitos, tanto a nivel federal como estatal, entre ellos el supuesto intento de suvertir el resultado electoral del 2020, por lo que el magnate podría ir a juicio tan pronto como el 4 de marzo del 2024, en plena campaña por la nominación republicana.
De esta manena, observa el diario, se está asentando el escenario para que los partidarios de un lado y del otro no crean en la legitimidad de quien gane el año próximo (situación que, en distinta medida, ya ocurrió tanto después de los comicios del 2016 como en 2020 en ese país), lo que, según el Washington Post, podría generar inestabilidad económica y política.
"Todavía hay tiempo para que la democracia estadounidense evite el peor de los casos, incluso si no está exactamente claro cómo. Sin embargo, seguramente el primer paso es reconocer lo que nos espera en el futuro", concluye sombríamente la nota.
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