El lunes 18 de septiembre, seis viceministros ucranianos de Defensa fueron destituidos por Volodímir Zelenski, apenas dos semanas después del despido del ministro de Defensa, Alexéi Réznikov.
De acuerdo con el medio estadounidense Politico, los informes de prensa citaron acusaciones del ministerio sobre el mal manejo de la contratación militar y corrupción. Una situación que llevó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a declarar que Ucrania no está preparada para ser miembro de la OTAN.
A pesar de lo anterior, un par de días después de la declaración del mandatario estadounidense, en una cumbre del bloque bélico en Vilna, capital de Lituania, los días 11 y 12 de julio, los países miembros insistieron en que era solo cuestión de tiempo antes de que Kiev se sume a la alianza.
"Incluso eliminaron el requisito de que Ucrania cumpliera con un Plan de Acción de Membresía, el riguroso programa de la OTAN que garantiza que los países aspirantes cumplan con los estándares militares, económicos y democráticos de la alianza", ahonda el medio especializado en política.
Es precisamente este último punto, según Político, la razón por la que Kiev no podrá adherirse al bloque liderado por Estados Unidos. Y es que, a pesar de que diversos analistas aseguran que el conflicto actual le confiere a Ucrania la calidad de "soldado probado en batalla (...) y, por lo tanto, digno de ser miembro de la OTAN", la realidad es que el país de Europa del Este no destaca por sus cualidades democráticas, pero sí por sus altos índices de corrupción.
"Ese argumento pasa por alto una distinción importante: la OTAN está diseñada para defender a países que ya son democráticos, pero no está en absoluto equipada para promover la democracia dentro de esos países", asevera el portal.
Pero aunque la carta de la OTAN exige a los aspirantes que apoyen la democracia, la libertad individual y el Estado de derecho, es incapaz de evitar un retroceso democrático una vez que los países se unen a la alianza.
Además, aunque el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha adoptado una supuesta línea dura contra la corrupción, calificándola de flagelo nacional, "tal cruzada solo es necesaria en un sistema político enfermo, un sistema que, hasta cierto punto, también implica" al mandatario, señala el medio.
Por ejemplo, el político ucraniano despidió a su primer ministro cuando este se enfrentó con el magnate de los medios y oligarca Ígor Kolomoiski, quien ayudó a Zelenski a convertirse en un comediante famoso y, posteriormente, le dio cobertura preferencial a su campaña presidencial.
Actualmente, Kolomoiski se encuentra sancionado por Estados Unidos y, a principios de septiembre, fue acusado de fraude y lavado de dinero.
A lo anterior se suma otro riesgo: desde el final de la Guerra Fría, la OTAN ha insistido en que no es una alianza contra Rusia, sino un bloque defensor de la democracia. Entonces, admitir a un país como Ucrania, plagado de "deficiencias democráticas", afectará aún más la reputación del grupo.
"En última instancia, podría ser otro estudio de caso desalentador sobre cómo la OTAN puede defender las democracias desde fuera, pero no desde dentro", asevera el medio.
En un informe de 2021, el Tribunal de Cuentas Europeo (que forma parte de la UE) reconoció que el problema de Ucrania es "la gran corrupción" que ha escalado hasta altos niveles estatales. "La gran corrupción y la captura del Estado obstaculizan la competencia y el crecimiento y perjudican el proceso democrático", se lee en el documento.
Mientras que, de acuerdo con el índice de corrupción que publica la organización Transparencia Internacional, Ucrania ocupa el lugar 116 de 180 países evaluados.
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