El repetido discurso antiinmigrantes del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pone en riesgo el tratado con México para compartir agua en temporadas de sequía.
Desde 1944, ambas naciones cuentan con un convenio para dividirse el agua de los ríos Colorado y Bravo. Sin embargo, a finales de 2017 vence el acuerdo renovado en 2012, por lo que antes de que Trump tomara el poder, autoridades estadounidenses presionaron a Barack Obama para que se extendiera.
De no renovarse nuevamente, siete estados americanos de la frontera con México se quedarían sin agua en épocas de sequía, aunque para el suelo Azteca, las repercusiones llegarían a dos estados, pues a cambio de recibir agua del río colorado, México le da a EEUU 476 mil 700 millones de litros de agua del Río Bravo al país vecino.
Las afectaciones para Norteamérica serían recortes del vital líquido en Arizona y Nevada, donde se produce el 15 por ciento de los alimentos y viven 36 millones de personas.
Cabe destacar que la ventaja la tiene México, pues su agua es la más protegida por el tratado y podría llevar el caso a un arbitraje internacional y controlar unilateralmente el suministro del Río Bravo.
Al respecto, Stephen Mumme, profesor de la Universidad Estatal de Colorado, afirmó que en el acuerdo no se puede presionar ni intimidar a México. “Toda esa bravuconería que se lanzó en la campaña de Trump no ayuda porque dependemos de México de muchas maneras”.
Con información de Milenio.
Desde 1944, ambas naciones cuentan con un convenio para dividirse el agua de los ríos Colorado y Bravo. Sin embargo, a finales de 2017 vence el acuerdo renovado en 2012, por lo que antes de que Trump tomara el poder, autoridades estadounidenses presionaron a Barack Obama para que se extendiera.
De no renovarse nuevamente, siete estados americanos de la frontera con México se quedarían sin agua en épocas de sequía, aunque para el suelo Azteca, las repercusiones llegarían a dos estados, pues a cambio de recibir agua del río colorado, México le da a EEUU 476 mil 700 millones de litros de agua del Río Bravo al país vecino.
Las afectaciones para Norteamérica serían recortes del vital líquido en Arizona y Nevada, donde se produce el 15 por ciento de los alimentos y viven 36 millones de personas.
Cabe destacar que la ventaja la tiene México, pues su agua es la más protegida por el tratado y podría llevar el caso a un arbitraje internacional y controlar unilateralmente el suministro del Río Bravo.
Al respecto, Stephen Mumme, profesor de la Universidad Estatal de Colorado, afirmó que en el acuerdo no se puede presionar ni intimidar a México. “Toda esa bravuconería que se lanzó en la campaña de Trump no ayuda porque dependemos de México de muchas maneras”.
Con información de Milenio.
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