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martes, 5 de diciembre de 2017

El primer vuelo del Falcon Heavy llevará el coche de Elon Musk hasta la órbita de Marte

Parece una broma, pero no lo es. O mejor dicho, es una broma muy cara. Y es que Elon Musk quiere usar el primer lanzamiento del cohete Falcon Heavy de SpaceX para lanzar un coche Tesla Roadster. Su Tesla Roadster, para ser más exactos. Hasta ahora la carga de la primera misión del Falcon Heavy era un secreto rodeado de todo tipo de rumores, pero si Musk quería llamar la atención una vez más, vive dios que lo ha logrado. SpaceX y el propio Musk reconocen que existen muchas probabilidades de que el Falcon Heavy falle en su primer vuelo, así que lo más sensato es no enviar ningún satélite. En estos casos se suele utilizar lastre, una maqueta dinámica con instrumentos o, si no es posible ninguna de estas opciones, nada de nada, pero a nadie se le había ocurrido lanzar un coche al espacio en el vuelo inaugural de un lanzador espacial. Más que nada porque es algo completamente inútil, aunque ciertamente mola mucho (sí, es una locura egocéntrica con un punto nihilista, pero mola).

Recreación del primer lanzamiento del Falcon Heavy desde la rampa 39A (SpaceX).

El pasado marzo Musk dijo a la prensa que lanzarían «la cosa más tonta que podamos imaginar» en el primer vuelo, así que se ve que ha estado trabajando intensamente en el problema. Por si fuera poco, la intención del magnate no se limita a poner un coche en órbita, sino que quiere situarlo en una trayectoria de escape hiperbólica «hasta la órbita de Marte». Es decir, el Falcon Heavy colocará el coche en una órbita alrededor del Sol cuyo afelio estará a la distancia de la órbita del planeta rojo y su perihelio en la órbita terrestre, o sea, la típica trayectoria de transferencia de Hohmann (vamos, que el Roadster no se acercará realmente al planeta Marte). ¿Pero es esto posible?

Tesla Roadster. El color será rojo marciano, por supuesto (SpaceX).

El Tesla Roadster tiene una masa de 1.250 kg, por lo que desde el punto de vista energético por supuesto que es posible. El Falcon Heavy será el cohete más potente en servicio, capaz de situar 63,8 toneladas en órbita baja o 16,8 toneladas en una trayectoria hacia Marte. Así que tiene capacidad de sobra para mandar el Roadster al planeta rojo. Y en términos de volumen, cabe holgadamente en la cofia del lanzador. El anuncio/tomadura de pelo de Musk tiene lugar poco después de que SpaceX anunciase oficialmente el retraso de la primera misión del Falcon Heavy de diciembre de 2017 a principios de 2018. La empresa ha trabajado muy duramente a lo largo de todo este año para lanzar el nuevo vector este año, pero finalmente la dura realidad ha terminado por imponerse.

Primero se habló del verano, luego de finales de año y al final de diciembre. Y no ha podido ser. SpaceX no puede permitirse lanzar el Falcon Heavy antes de que la rampa SLC-40 de Cabo Cañaveral esté activa, ya que si por un casual el cohete explota justo después del despegue dañaría seriamente la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy y la empresa no puede arriesgarse a quedarse sin ninguna rampa operativa desde donde lanzar sus cohetes Falcon 9. Pero la reparación de la SLC-40 tras la explosión catastrófica de septiembre de 2016 —en la que resultó destruido el satélite Amos 6— ha resultado ser más complicada de lo que se preveía. El retraso en el lanzamiento de la misión clasificada Zuma desde la 39A por culpa de un problema con la cofia supuso el tiro de gracia a las aspiraciones de la empresa para poder lanzar el Falcon Heavy este año.

Prestaciones del Falcon Heavy (SpaceX).

El Falcon Heavy fue presentado en 2011 y entonces prometía ser una ‘simple’ versión pesada del Falcon 9 capaz de situar 53 toneladas en órbita baja. Formado por tres primeras etapas de Falcon 9, Musk creía que el cohete estaría listo en un par de años. Pero no fue así y SpaceX se familiarizó por las malas con el viejo dicho de la industria aeroespacial que dice que adaptar para un nuevo objetivo un diseño inicialmente creado para otro distinto es una mala idea… y cara. Dicho y hecho, el Falcon Heavy resultó ser una criatura más compleja que el resultado de pegar tres Falcon 9 sin más, así que ha sido necesario rediseñar el bloque central de tal forma que ya no es idéntico a una primera etapa estándar del Falcon 9. También se ha cambiado la secuencia de ignición y los 27 motores Merlin 1D de los tres bloques no se encenderán de golpe como en el Falcon 9, sino que seguirán un patrón determinado con el fin de evitar vibraciones no deseadas en el vehículo. Lógicamente además se modificará la configuración de la base del transporte TEL que llevará el cohete en horizontal desde el hangar HIF hasta la rampa 39A.

Para el vuelo inaugural (Demo Flight) el Falcon Heavy usará dos bloques laterales que ya han sido usados previamente, las etapas B1023 y B1025 (que lanzaron el año pasado los satélites Thaicomm 8 y Dragon SpX-9, respectivamente), así como el bloque central B1033, que realizará su primer vuelo. El Falcon Heavy será capaz de situar en órbitas de transferencia geoestacionaria (GTO) satélites de hasta 8 toneladas reutilizando los tres bloques de la primera etapa (los bloque laterales aterrizarán en tierra y el bloque central en la barcaza Of Course I Still Love You situada en el océano), una carga que puede aumentar hasta las 26,7 toneladas si no se recuperan las etapas. Gracias al Falcon Heavy SpaceX podrá poner en órbita incluso los satélites geoestacionarios más pesados que existen actualmente y aquellos que se planean construir en el futuro. Y todo con un coste de tan solo 80 millones de dólares por lanzamiento.


Los lanzadores pasados, presentes y futuros de SpaceX: Falcon 1, Falcon 9, Falcon Heavy y BFR (SpaceX).

Aunque el futuro de SpaceX y sus planes para ‘conquistar el sistema solar’ y, más a corto plazo, el mercado comercial pasan por el futuro cohete gigante BFR, el Falcon Heavy está llamado a jugar un papel importante en el plano comercial durante los próximos años. Además, puede que las misiones marcianas con naves Red Dragon se hayan cancelado, pero SpaceX mantiene su intención de usar el Falcon Heavy para lanzar una nave tripulada Dragon 2 con turistas alrededor de la Luna. SpaceX ha invertido tanto en el Falcon Heavy que ahora lanzarlo se ha convertido en una cuestión de credibilidad para la empresa. Volviendo al vuelo inaugural, usar el cohete más potente del mundo para lanzar un coche a Marte parece el capricho de un millonario excéntrico sin mucho sentido. ¿Por qué no usar la capacidad de carga para lanzar algo más provechoso como cubesats o nanosatélites gratis (o pagando, da igual)?

Aquellos que justifican la decisión de Musk aducen que de este modo se evitan más retrasos en la misión, ya que preparar satélites para un lanzamiento lleva su tiempo, por no hablar del papeleo asociado con los seguros y aduanas. También hay que tener en cuenta que la mayor parte de cubesats o nanosatélites no han sido diseñados para funcionar en una trayectoria de escape de la Tierra. No obstante, es de suponer que el coche de Musk también deberá ser preparado para la misión, un proceso que, por absurdo que parezca, no es nada trivial (por ejemplo, a priori no sabemos si se puede desprender alguna pieza durante el despegue que pueda dañar la segunda etapa, entre otras muchas incógnitas). En fin, en unas semanas o meses saldremos de dudas y comprobaremos qué pasa cuando se lanza un coche al espacio.

PD: el Roadster de Musk será el cuarto vehículo con ruedas diseñado para ser conducido por humanos que viaje al espacio tras los tres rovers lunares (LRV) de los Apolo 15, 16 y 17, que actualmente permanecen en la superficie de la Luna. Si SpaceX logra su objetivo el Roadster se convertirá en el primer coche situado en órbita solar y permanecerá ahí durante miles o millones de años antes de que la gravedad de los planetas perturben su órbita hasta que choque con alguno de ellos, alcance una órbita más estable o sea expulsado del sistema solar.

Cohete Falcon Heavy en la rampa 39A (SpaceX).

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