La portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, dijo el domingo que la respuesta a “por qué el Occidente está lidiando con Bielorrusia tan ferozmente” radica en que “la cooperación efectiva normal entre estos dos países [Rusia y Bielorrusia] no es parte de los planes de la OTAN. Debe interferir constantemente en los asuntos internos de uno u otro país, o entrometerse simultáneamente en los asuntos de ambos sólo para evitar un curso natural de integración mutuamente beneficiosa”, explicó.
En un mensaje emitido en su canal de Telegram, la diplomática rusa comentó una declaración del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, quien expresó la misma jornada su preocupación por la fuerte relación entre Moscú y Minsk.
“Por supuesto, estamos listos en un caso serio para proteger a cada miembro de la Alianza y defenderlo de cualquier amenaza que provenga de Minsk y Moscú', dijo entonces el jefe de la alianza militar occidental”, aseguró Stoltenberg.
En este sentido, Zajárova llamó a la OTAN a dejar de enfocarse en la relación rusa-bielorrusa, “superar viejas fobias y deshacerse de su manía de persecución”.
Además, la vocera rusa instó a la OTAN a resolver los problemas reales que enfrenta durante décadas, a los que se ha sumado el terrorismo interno en Estados Unidos. “Esto es lo que los países miembros deben abordar con urgencia, no amenazas ficticias”, aseveró.
El viernes, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, remarcó que las hostilidades del Occidente contra su país constituyen un asalto a Rusia. “No podemos convertirnos en Ucrania. No podemos luchar contra Rusia, el pueblo ruso. Son nuestra gente, por eso se está llevando a cabo este asalto”, añadió.
Desde el año 2020, EE.UU. y otros aliados de la OTAN han aumentado su presencia militar en Europa Oriental, lo que genera polémica por las tensiones actuales entre Bielorrusia y el Occidente, cuyos países se niegan a reconocer la reelección de Lukashenko.
Por su parte, Minsk y Moscú denuncian insistentemente que la expansión militar de Washington, a la cabeza de sus aliados occidentales, cerca de sus fronteras, supone una amenaza directa para su seguridad nacional y, por tanto, se reservan el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación de su soberanía.
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