Bajo el mandato del presidente Xi Jinping, China se ha convertido en un objetivo complejo para las actividades de espionaje de las agencias de inteligencia estadounidenses, que llevan mucho tiempo sin poder recabar información que necesitan sobre el gigante asiático, según la agencia Bloomberg.
La falta de inteligencia de primer nivel alrededor del círculo íntimo del Gobierno de Xi está frustrando a los altos funcionarios de la Administración de Joe Biden que intentan desesperadamente adelantarse a los futuros pasos de Pekín.
Un grupo de funcionarios norteamericanos, que hablaron bajo condición de anonimato, han dicho que la situación para Washington es cada vez más opaca, justo cuando la demanda de información sobre la toma de decisiones de Pekín se dispara y las tensiones se intensifican por una serie de problemas, como los intentos de EE.UU. por la escisión de Taiwán y el desarrollo de tecnologías avanzadas.
Pekín causó un daño significativo a las redes de espionaje estadounidenses en China antes de la juramentación de Xi, por lo que los obstáculos a los que se enfrenta la comunidad de inteligencia de EE.UU. están profundamente arraigados y son básicos, declaran fuentes.
Por su parte, el exconsejero de Seguridad Nacional de EE.UU. John Bolton indicó a Bloomberg que percibía que la inteligencia del país “se había quedado de atrás por décadas”.
A su vez, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., William Burns, anunció el pasado mes de octubre la creación del Centro de Misión China (CMC) para contrarrestar el “gran desafío global” que plantea el gigante asiático, lo que contradice recientes declaraciones de Biden, quien destacó en agosto que buscaba evitar que estalle un “conflicto” entre los dos países.
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