España descarta la adquisición de aviones de combate F-35 de Estados Unidos y asegura que seguirá comprando cazas de Francia y Alemania.
“El Gobierno español no dispone de presupuesto para entrar en ningún otro proyecto de avión de combate, además del que ya está en marcha. Descartamos por lo tanto entrar en el proyecto del F-35. Nuestro compromiso de inversión continúa con el proyecto FCAS [el Futuro Caza de Combate Europeo]”, dijo el martes una portavoz del Ministerio español de Defensa, bajo condición de anonimato, a la agencia británica de noticias Reuters.Estas declaraciones se producen luego de que un artículo publicado el 4 de noviembre en la revista francesa de negocios Challenges, que recoge comentarios de un analista de la revista especializada en defensa Jane’s, sugería que Madrid podría estar interesada en comprar el caza F-35 a Estados Unidos.
F-35 es un avión de combate de quinta generación, desarrollado en tres modelos diferentes por la gigante estadounidense de la aeronáutica Lockheed Martin. Cuando el programa comenzó en 1992, se suponía que este cazabombardero era una solución asequible para la Fuerza Aérea y la Armada de EE.UU.
Sin embargo, el costo por unidad del F-35 ha estado subiendo de manera acelerada y los responsables del Joint Strike Fighter (JSF), programa militar para la producción de este tipo de aviones militares, no están siendo transparentes ni proveen las cifras totales.
Por otro lado, el portal ruso de aviación Avia.pro. informó el 16 de octubre que el F-35, el caza más caro de la historia, tiene una vulnerabilidad muy grave, lo que permite detener su vuelo antes de lo previsto, incluso contra la voluntad del piloto.
Desde EE.UU. también alertan que expertos militares de Irán, Rusia, China y Corea del Norte saben de la existencia de tal vulnerabilidad y podrán aprovecharse de esta brecha de seguridad para controlar estos aviones.
¿Qué se sabe sobre el proyecto FCAS?
El proyecto FCAS es parte de un impulso más amplio para unificar y amplificar el poder militar de Europa y reducir así su dependencia de los equipos estadounidenses, e incluye el uso de drones, satélites o misiles de crucero.
El programa formaliza la fabricación del Caza de Nueva Generación (NGF, por sus siglas en inglés) por las empresas aeronáuticas europeas Dassault Aviation, Safran, MTU Aero y Airbus.
Se estima que el futuro sistema de combate aéreo de Europa supone una inversión de 8000 millones de euros hasta el año 2030.
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