Durante una reunión mantenida este sábado con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, el mandatario ruso ha destacado la necesidad de garantizar la seguridad de todos los miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, integrada por Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Rusia y Bielorrusia.
Putin ha argumentado que el Gobierno de Estados Unidos había depositado doscientas ojivas nucleares tácticas, en su mayoría bombas atómicas, en los seis países europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y unos 257 aviones están preparados para su potencial uso.
El jefe del Estado ruso ha señalado que, de momento, “no hay necesidad” de dar una respuesta simétrica a los vuelos de la aviación de la OTAN con armas nucleares cerca de las fronteras bielorrusas, tal como había pedido a Moscú el presidente del país vecino, pero ha planteado la modernización de los aviones Su-25 de las fuerzas bielorrusas e iniciar el proceso del entrenamiento de los pilotos.
“Y en segundo lugar, como ya lo acordamos —usted planteó esa cuestión, la decisión está tomada—, en los próximos meses vamos a entregar a Bielorrusia los sistemas tácticos Iskander-M, que, como se sabe, pueden emplear misiles balísticos y de crucero, tanto en configuración habitual como en la nuclear”, ha apostillado el mandatario ruso.
En este sentido, Lukashenko ha pedido a Putin que ayude a Bielorrusia “al menos a ajustar” los aviones que tienen en su disposición y son capaces de portar las ojivas nucleares, aduciendo que “no se puede bromear con estas acciones de la OTAN”.
El aumento de las cooperaciones bilaterales entre Rusia y Bielorrusia tiene lugar en medio de las crecientes tensiones entre Rusia y Occidente, con la guerra en Ucrania en el centro.
El apoyo de Minsk a Moscú es irrefutable, toda vez que Bielorrusia y Rusia se han constituido como el Estado de la Unión —una entidad supranacional entre ambos países—.
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