Pese a las expectativas de que la economía de Rusia se derrumbaría a causa de las sanciones tras el inicio del conflicto militar en Ucrania, son los países occidentales quienes se enfrentan a un "dolor económico creciente", mientras que las restricciones tienen "poco impacto en el desarrollo de la campaña militar" de Moscú o en la posición política del presidente ruso, Vladímir Putin, dentro del país, según un artículo publicado este 24 de junio por el diario The New York Times.
"Los funcionarios estadounidenses prometieron que el sistema financiero de Rusia quedaría golpeado si atacaba a Ucrania, y el presidente, [de EEUU, Joe] Biden, se jactó en marzo de que las sanciones estaban 'aplastando la economía rusa' y que 'el rublo está reducido a escombros'. Sin embargo, los ingresos petroleros rusos han batido récords gracias a la subida de los precios del crudo. Y después de desplomarse en febrero, el rublo alcanzó esta semana su máximo en siete años frente al dólar", detalla el medio.
El periódico indica que pocos en la Administración Biden esparaban que las sanciones frenaran los combates, pero Washington y sus aliados europeos tampoco esperaban la presión económica actual. En este sentido, los autores recalcan que el embargo al petróleo ruso por parte de EE.UU. y los planes de la Unión Europea de reducir considerablemente su dependencia de los hidrocarburos rusos acarrearon "en parte" la actual alza de los precios energéticos.
Otro 'fruto' de las sanciones es la inflación que "creció más rápido que los pronósticos de los funcionarios de la Casa Blanca". Así, el New York Times alude a las reiteradas ocasiones en las que Biden habló de la llamada "subida de precios de Putin", aunque luego el jefe de la Reserva Federal, Jerome Powell, contradijo a su mandatario, al asegurar esta semana que "la inflación fue alta ciertamente antes de que estallara la guerra en Ucrania".
"Los funcionarios estadounidenses prometieron que el sistema financiero de Rusia quedaría golpeado si atacaba a Ucrania, y el presidente, [de EEUU, Joe] Biden, se jactó en marzo de que las sanciones estaban 'aplastando la economía rusa' y que 'el rublo está reducido a escombros'. Sin embargo, los ingresos petroleros rusos han batido récords gracias a la subida de los precios del crudo. Y después de desplomarse en febrero, el rublo alcanzó esta semana su máximo en siete años frente al dólar", detalla el medio.
El periódico indica que pocos en la Administración Biden esparaban que las sanciones frenaran los combates, pero Washington y sus aliados europeos tampoco esperaban la presión económica actual. En este sentido, los autores recalcan que el embargo al petróleo ruso por parte de EE.UU. y los planes de la Unión Europea de reducir considerablemente su dependencia de los hidrocarburos rusos acarrearon "en parte" la actual alza de los precios energéticos.
Otro 'fruto' de las sanciones es la inflación que "creció más rápido que los pronósticos de los funcionarios de la Casa Blanca". Así, el New York Times alude a las reiteradas ocasiones en las que Biden habló de la llamada "subida de precios de Putin", aunque luego el jefe de la Reserva Federal, Jerome Powell, contradijo a su mandatario, al asegurar esta semana que "la inflación fue alta ciertamente antes de que estallara la guerra en Ucrania".
"Una increíble capacidad de resistencia"
Para describir el impacto de las sanciones "en el terreno", el diario cita a un funcionario del Departamento de Estado, quien resalta que en Moscú las tiendas de lujo alrededor de la Plaza Roja se han cerrado por ahora. "La inflación es alta, y la gente está preocupada por sus empleos. Muchos rusos ricos se han ido a Turquía y a los Emiratos Árabes Unidos", dijo la fuente anónima, aunque también admitió que "los países suelen mostrar una increíble capacidad de resistencia".
En este sentido, en el artículo se alude a las sanciones que EE.UU. impuso contra Irán, Siria, Corea del Norte, Venezuela y Cuba que "han fracasado en gran medida en cambiar el comportamiento de estos Gobiernos". "Investigadores han descubierto que los ciudadanos de a pie se llevan la peor parte de las sanciones, mientras los leales al régimen encuentran vías para beneficiarse", subrayan los autores del material.
En vista de todo ello, una cuestión clave ahora es "si la paciencia con las sanciones podría agotarse en las capitales occidentales", mientras que "un problema creciente" para Occidente es "el potencial de una fuerte divergencia de opiniones entre políticos sobre nuevas sanciones", algo que Moscú monitorea "de cerca", sintetiza el diario.
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