Las fuerzas ucranianas recibieron el viernes la orden de retirarse de la ciudad clave de Severodonetsk, ubicada en el sur del país eslavo, una decisión que marcaría otra victoria significativa para las tropas rusas, tras la liberación de la ciudad portuaria de Mariúpol (sureste) en mayo.
De hecho, el jefe de la Administración militar ucraniana de Lugansk, Serguéi Gaidái, admitió el viernes que “lamentablemente” las tropas ucranianas tendrán que retirarse de Severodonetsk y trasladarse a nuevas posiciones.
“Permanecer en posiciones destrozadas durante muchos meses, solo por permanecer allí, no tiene sentido”, manifestó Gaidái en su cuenta en Telegram.
Según informó la agencia de noticias británica Reuters, los nuevos logros del Ejército ruso acercarán más a Moscú a tomar el control total de Lugansk y prepararán el escenario para que la ciudad de Lysychansk, se convierta en el próximo foco principal para las fuerzas rusas.
Esto mientras, el portavoz de la Cartera rusa de Defensa, Igor Konashenkov, declaró la misma jornada que “un grupo de tropas ucranianas ha sido completamente bloqueado en la zona de los asentamientos de Hirske y Zolote”, cerca de Severodonetsk.
“Únicamente en las últimas 24 horas, 41 militares en esta zona han renunciado a la resistencia y se han rendido voluntariamente”, dio a conocer el vocero.
La orden de la retirada de las fuerzas ucranianas de Severodonetsk llega mientras está en curso la segunda fase de la operación rusa, que busca establecer un puente terrestre desde el Donbás (este) hasta la península de Crimea, en el marco de un cambio estratégico del Ejército ruso para cumplir su misión de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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