Azerbaiyán ha lanzado una gran ofensiva en la disputada región de Karabaj, a la que ha calificado de una “operación antiterrorista” contra los separatistas armenios.
Este martes se han escuchado fuertes explosiones en el bastión separatista armenio de Jankandi, que los armenios llaman Stepanakert, en la región montañosa de Nagorno-Karabaj.Las autoridades separatistas armenias han denunciado que varias ciudades de Nagorno-Karabaj, ubicado en el Cáucaso del sur, están siendo blanco de “fuego intenso” de artillería por parte del Ejército del vecino Azerbaiyán. Los medios locales informan que los ataques han provocado el pánico entre los residentes, quienes han bajado a los sótanos para protegerse de las ofensivas aéreas.
El Gobierno azerbaiyano, a su vez, ha anunciado esta misma jornada, que ha iniciado una “operación antiterrorista” en Nagorno-Karabaj, donde viven unos 120 000 armenios, para “neutralizar su infraestructura militar” y “restablecer el orden constitucional” de Azerbaiyán.
Bakú ha dicho que el operativo es en represalia por una explosión de dos minas y un ataque con armas ligeras y morteros, de los que acusa a Armenia, y que dejaron seis azerbaiyanos muertos, dos civiles y cuatro policías, acusaciones que rechaza Ereván.
El Ministerio azerbaiyano de Defensa ha responsabilizado a Armenia por la escalada de tensiones en la zona y acusado a las Fuerzas Armadas armenia de realizar disparos contra las posiciones militares azerbaiyanas, colocar minas en “territorios” azerbaiyanos, mejorar posiciones de combate y ampliar trincheras a lo largo de los últimos meses.
Armenia ha respondido, asegurando que no tiene fuerzas armadas desplegadas en Nagorno-Karabaj y que las acusaciones de Bakú están destinadas a engañar a la opinión pública. “El Ministerio de Defensa de Armenia ha declarado repetidamente, y declara nuevamente, que Armenia no tiene un ejército en Nagorno-Karabaj”, reza un comunicado de esta Cartera publicado en Telegram.
La República de Azerbaiyán ha dicho que había informado al comando de las fuerzas de paz rusas desplegadas en la zona y a los líderes del centro de monitoreo turco-ruso sobre las actividades militares que estaba llevando a cabo en Karabaj.
Rusia exige fin del derramamiento de sangre en Karabaj
Rusia, a su vez, ha urgido a ambas partes del conflicto a que “pongan fin al derramamiento de sangre” y regresen a “un acuerdo pacífico” en este territorio en disputa desde hace décadas. “La parte rusa pide urgentemente el fin del derramamiento de sangre [...] y el regreso a un acuerdo pacífico”, ha subrayado la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, a los periodistas.
Sin embargo, la Cancillería azerbaiyana ha dejado claro que el objetivo de la ofensiva es disolver el “régimen” separatista de Karabaj y que no habrá la paz hasta que se retiren de manera “incondicional y total las fuerzas armadas armenias de la región azerbaiyanesa de Karabaj”.
Bakú ha afirmado que los ataques no afectarán a la población civil y que había abierto corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles de la zona.
Unión europea exige fin de ataques azerbaiyanos a Karabaj
Los llamamientos para el cese de hostilidades han llegado también de otros puntos del globo. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha pedido que Azerbaiyán ponga fin de inmediato a sus operaciones militares en Nagorno-Karabaj, donde la mayoría de la población es de nacionalidad armenia.
“Las acciones militares de Azerbaiyán deben detenerse inmediatamente para permitir un diálogo franco entre Bakú y los armenios de Karabaj”, ha apuntado Michel en un mensaje en la red social X.
¿Cuándo comenzaron las disputas por Nagorno-Karabaj?
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por el control de Nagorno Karabaj se remonta a 1988. Tras la desintegración de la Unión Soviética, el 2 de septiembre de 1991 se proclamó la independencia de esta región de Azerbaiyán con el nombre de República de Nagorno-Karabaj.
Las partes se enfrentaron en dos guerras en la década de 1990 y 2020. En el último conflicto que duró 44 días, Azerbaiyán recuperó el control de dos tercios de zonas de Karabaj y los combates terminaron con un acuerdo de paz mediado por Rusia.
Los nuevos choques podrían provocar el tercer conflicto sangriento entre los dos Estados del Cáucaso mientras algunos vecinos, como Irán, alertan que las tensiones solo beneficiarán a los países más allá de la región y regímenes como Israel que sueñan con alimentar la inseguridad en la zona.
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