Giora Eiland, expresidente del consejo de seguridad nacional del régimen de Israel. |
Autoridades de seguridad israelíes indican que una eventual guerra contra El Líbano no debería apuntar contra el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) sino contra todo el país.
“Si comienzan actividades hostiles desde el territorio libanés, (las fuerzas israelíes) deberían conducirlas hacia una guerra entre Israel y El Líbano”, opina Giora Eiland, expresidente del consejo de seguridad nacional del régimen de Israel, en un artículo publicado en la edición del miércoles de la página Web israelí Ynetnews.
De acuerdo con el funcionario israelí, la ola de hostilidades en El Líbano, debe ser un escenario preciso para que las fuerzas israelíes ataquen todo el territorio libanés.
“En la segunda guerra de El Líbano (2006) solo intentamos derrotar a Hezbolá, dejando al Estado libanés, su gobierno, su ejército y su infraestructura 'fuera del juego'. Si esa fuera la forma en que manejáramos una tercera guerra con El Líbano, los resultados serían mucho más sombríos que en la guerra anterior”, afirma.
Un edificio destruido en bombardeos israelíes contra la localidad de Qazieh, en las cercanías de Sidon, en julio de 2006. |
Para justificar esta propuesta, Eiland afirma que de iniciarse una guerra contra El Líbano toda la comunidad internacional intervendría para impedir la destrucción de ese país árabe, y “presionaría a las partes a establecer un alto al fuego después de unos días y no después de 34 días (en referencia a la guerra de 2006), y eso es justamente lo que necesita Israel”.
En tanto, reconoce el avance de Hezbolá en el sector militar y explica que el problema del régimen de Israel es el alto nivel táctico de Hezbolá y la cantidad de sus cohetes, su tamaño, su alcance y su precisión.
“Hezbolá relativamente ha mejorado mucho más de lo que tenemos. Así que si hay un conflicto de este tipo, y si dura 34 días (como la del 2006), los daños, las víctimas y la destrucción de Israel será insoportable”, enfatizó.
El 12 de julio de ese mismo año, el régimen de Israel abrió un nuevo frente de guerra contra Hezbolá y, so pretexto de liberar a dos de sus soldados, lanzó amplios ataques desde tierra, mar y aire contra el territorio libanés.
El 13 y 15 de julio de 2006, aviones de combate del régimen bombardearon dos tanques de petróleo situados junto a la planta de electricidad de Jieh (sur de la ciudad capitalina de Beirut), que contenían 10.000 y 15.000 metros cúbicos de petróleo.
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