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domingo, 4 de junio de 2017

¿Por qué los portaaviones estadounidenses son una lata de sardinas ante Rusia?

Estados Unidos confía mucho en la supremacía que le otorgan sus portaviones a la hora de invadir un país soberano, y hasta la fecha ha sido así; claro que ha sido así sólo porque han intervenido ante oponentes menores, que carecen del más básico desarrollo industrial y tecnológico; ese ha sido el caso de Iraq, Afganistán, Libia, Panamá, etcétera. Pero la situación sería radicalmente diferente en caso de enfrentarse a potencias tecnológicas como Rusia o China.


En las guerras de los países antes mencionados, estos carecían de aviones de superioridad aérea, de sistemas modernos de defensa aérea, satélites de vigilancia y teledetección, radares potentes de alerta temprana y, sobre todo, de armas atómicas y/o armas de guerra electrónica y pulso electromagnético. Así que ante tales condiciones quedaban en total desventaja ante la superioridad armamentística de los yankees y por eso se vieron vapuleados por los estadounidenses.

Ni Iraq, Afganistán o Libia tenían los medios para siquiera intentar hundir un portaviones, sus aviones caza eran inferiores a los de los yankees y la capacidad de sus pilotos era inferior a la de los estadounidenses; tampoco poseían sistemas costeros de defensa aérea como los Bastión rusos; tampoco poseían submarinos sigilosos y atómicos equipados con sistemas de armas de última generación, como los que si posee Rusia y china, entre otros. Tampoco tenían sistemas misilísticos de ultra alta precisión y con capacidades stealth (sigilo) como los que sí poseen los países antes mencionados.

En caso de una confrontación entre un grupo de ataque encabezado por un portaviones estadounidense contra las fuerzas armadas de Rusia o china, la situación sería completamente diferente que en el caso de las invasiones de Irak, Libia o Afganistán. Suponiendo que se intentase un golpe al territorio de dichos países, Estados Unidos enviaría sus aviones embarcados a realizar la tarea, que en este caso se trataría de los F-18 Hornet y súper Hornet utilizados como avión de caza y ataque; también como cazas y ataque se utilizaría el EA-6B Prowler para guerra electrónica; otro tipo de avión serían los E-2C Hawkeye usados para alerta aérea temprana; así mismo, los C-2 Greyhound usados para tareas de logística; y un escuadrón de helicópteros antisubmarinos SH-60F y HH-60H Seahawk.


Viendo la clase de aeronaves típicas que porta un portaviones estadounidense, estas no tendrían ningún chance ante los aviones más modernos rusos y chinos, como lo son los SU-35, SU-T50, J-20 y J-31. Los Hornet y Súper Hornet caerían como moscas ante una embestida de la aviación de ataque rusa y china; pues dichos aviones disponen de tecnologías de quinta generación, entre las que se cuentan invisibilidad ante los radares y sensores infrarrojos; poseen así mismo radares de apertura sintética para rastrear con precisión la superficie terrestre y detectar posibles amenazas y destruirlas; también cuentan con radares de barrido electrónico activo tipo AESA para detectar objetivos aéreos a muy larga distancia, pudiendo fijar de 10 a 30 objetivos simultáneamente y clasificarlos según su grado de peligrosidad, con la capacidad de atacar simultáneamente a 15 de ellos; Misiles hipersónicos aire-aire de muy largo alcance, más allá del campo visual; sistemas Jibiny de última generación de guerra electrónica, en el caso de los SU-35 y T-50; etcétera. Es decir, en un combate aéreo entre un F-18 súper hornet contra un SU-35, T-50, J-31 o J-20 no habría una sola posibilidad de que el avión estadounidense salga triunfador, ni aunque el combate fuera 10 contra uno, pues los aviones ruso y chino pueden fijar hasta 30 objetivos a la vez y atacar simultáneamente a 15 de ellos; además, el súper hornet no tendría posibilidad de detectarlos, ni siquiera de mirarlos, pues los aviones ruso y chino los eliminarían estando a cientos de kilómetros de distancia de su posición, lo que los pondría fuera del alcance de los misiles de los súper hornet.

Una vez eliminada la amenaza que representan los Hornet y súper Hornet, acabar con los EA-6B Prowler, los E-2C Hawkeye, los C-2 Greyhound y los helicópteros SH-60F y HH-60H Seahawk sería cosa de niños. Así que los portaviones saldrían huyendo pero serían alcanzados y hundidos de un solo disparo utilizando una ojiva atómica táctica o un misil hipersónico Tsirkon (Zircon) lanzado desde un bombardero supersónico estratégico TU-160M2. Y si estuviesen aún dentro del área operativa de los sistemas costeros bastión, serían hundidos así mismo utilizando un misil Tsirkon.

Las fragatas y destructores que acompañan al portaviones correrían la misma suerte que aquel.

Este panorama que acabo de pintar es el más probable, pero no el único, pues hay varias maneras de acabar con un portaviones; se puede inhabilitar todo el grupo de ataque encabezado por uno de ellos utilizando una bomba de guerra electrónica Jibiny Magrav lanzada por un bombardero pesado TU-160M2, Tu-22M3, TU-95 Bear o un caza bombardero TU-T50. Una vez inutilizados todos los sistemas de armas y equipos electrónicos del grupo de ataque, quedarían a completa merced de las fuerzas armadas rusas y chinas, pudiendo jugar con ellos como un gato juega con un ratón y finalmente asestar el golpe final y hundir toda la flota de guerra estadounidense con su tripulación y aviones en su interior. Si se vieran más magnánimos, les ofrecerían la posibilidad de la rendición total con la consiguiente confiscación de sus armas y sus buques, y los militares serían hechos prisioneros.

Otra posibilidad es utilizar misiles balísticos hipersónicos intercontinentales de muy alta precisión y de muy largo alcance, que serían equipados con ojivas atómicas tácticas de guiado individual y/o con planeadores hipersónicos así mismo dotados con ojivas atómicas o convencionales. Estos misiles son el Ruso Sarmat y los chinos DF-21 y DF- 26; los planeadores hipersónicos rusos son los YU-71 y YU-74, los chinos son los WU-14; aún la India posee los propios que son los Brahmos II; estos mismos Brahmos II son compartidos con Rusia.

Una vez lanzados los misiles intercontinentales hipersónicos tardarían solo unos minutos en alcanzar su objetivo; y dada su misma velocidad son inmunes a cualquier sistema antimisiles estadounidense, llámese THAAD, AEGIS, o Patriot. Una vez sean alcanzado los portaviones y su grupo de ataque, si se decide solo utilizar armas convencionales, la misma energía cinética del planeador es suficiente para hacer pedazos el casco del portaviones y los buques que lo acompañan, pudiendo atravesarlo como una bala atraviesa la mantequilla; de esta manera se aseguraría su hundimiento. Pero si se decide utilizar armas atómicas tácticas, la misma explosión del artefacto nuclear haría polvo todo el grupo de ataque, además de aniquilar a toda su tripulación en un instante.

Como vemos, los portaviones de Estados Unidos son solo unas latas de sardina ante el poderío bélico de Rusia y China. Es por eso que ante un conflicto con esas naciones, todos los portaviones de Estados Unido se quedarían en sus puertos, pero ahí mismo serian destruidos; y de iniciarse una guerra atómica, así mismo todo el territorio estadounidense sería incinerado con un ataque atómico total, el cual no podrían evitar.

Algunos dirán que los portaviones de EEUU comienzan a ser equipados con aviones de quinta generación F-35 Lightning II y aviones furtivos no tripulados X-47B y MQ-25 Stingray; aeronaves que presuntamente sí podrán hacer frente a los aviones caza de quinta generación rusos y chinos; pero la realidad es que los cazas rusos SU-T50 son muy superiores a los F-35, en todo caso, se darían un entre con los chinos, pero no con el T-50. Es por eso que los estadounidenses tratan de hacer frente al T-50 fusionando los sensores y la aviónica de los F-22 Raptor y F-35 Lightning II, pero los rusos les llevan también ventaja en ese aspecto, pues ellos desde hace años están desarrollando una red informática inteligente donde todos sus aviones quedaran interconectados, fusionando así mismo sus sensores y aviónica. Esa red inteligente quedó demostrada en Siria cuando el derribo de los Tomahawk lanzados contra esa nación; así mismo cuando el reciente derribo de los tres drones estadounidense que espiaban los movimientos de las fuerzas armadas sirias. En esas acciones militares los rusos solo han utilizado medios discretos para el derribo de esas aeronaves, como los son el uso de armas de pulso electromagnético, de guerra electrónica y rayos láser de alta potencia.

Pero aunque los portaviones estadounidenses equipen aviones caza F-35, los rusos y chinos no tienen que hacerles frente necesariamente, solo bastaría, como ya he comentado, utilizar misiles balísticos hipersónicos y/o bombas de guerra electrónica Jibiny Magrav; o en su caso, sistemas costeros de misiles equipados con el misil Tsirkon; o lanzar esos misiles Tsirkon desde bombarderos o desde submarinos; submarinos que no les es posible detectar; submarinos como el Kólpino, del proyecto 636.3, o el Krasnodar, o el más reciente, el submarino diésel-eléctrico del proyecto 877 Varshavianka.

Esta es la cruda realidad de los portaviones estadounidenses; y no importa que creen nuevos “súper portaviones” como el recientemente puesto en servicio, el Gerald R. Ford, el resultado será siempre el mismo ante una confrontación con Rusia o china.

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