Kiev sufrió tales pérdidas en su fallida contraofensiva que en apenas unos 30 días su Ejército "se quedará sin municiones y mano de obra", dijo al Sputnik el teniente coronel retirado de las Fuerzas Armadas norteamericanas Earl Rasmussen, secundando los dichos de Milley.
En cuanto a los inminentes cambios metereológicos en el terreno, el clima "será tan malo que [los militares ucranianos] no podrán avanzar y se convertirán aún más en objetivos de la artillería y las acciones defensivas rusas", afirmó el consultor internacional especializado en geopolítica y asuntos militares.
"Se han quedado sin municiones, Occidente se ha quedado sin municiones. No pueden conseguir suministros lo suficientemente rápido. No sólo el clima influye en los '30 días', sino que también hay muchos otros factores", afirmó el experto.
Misión suicida
"No puedo imaginar a los ucranianos haciendo mucho en este momento. No hay manera de que pudieran, incluso si quisieran. Siempre he dicho que esta ofensiva fue una misión suicida, y con las temperaturas heladas que están por llegar sería definitivamente absurdo tratar de seguir adelante", dijo Rasmussen.
El especialista se hizo eco de la reciente predicción de Mark Milley sobre cuánto tiempo tendría el Ejército ucraniano a su disposición hasta la llegada del barro y del invierno en el hemisferio norte.
"Todavía queda bastante tiempo, probablemente entre 30 y 45 días de combates en este clima, por lo que los ucranianos no han terminado, esta batalla no ha terminado", afirmó el general del Pentágono en una entrevista conjunta con el jefe del Estado Mayor de Defensa del Reino Unido, Tony Radakin, a los medios estatales británicos.
"A Occidente le gustaría que esta ofensiva continúe", aunque "las personas realistas se dan que no está funcionando. Por eso estamos viendo que Estados Unidos aumenta aún más la ayuda a Ucrania", afirmó Rasmussen.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha proporcionado a Kiev 43.700 millones de dólares en ayuda militar, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial. Recientemente, la Casa Blanca anunció un nuevo paquete de seguridad por valor de 600 millones de dólares para Ucrania, que incluirá municiones y equipos de refuerzo de las defensas aéreas de su aliado en Europa del este.
Mucho se ha hablado del envío de misiles de largo alcance a Ucrania, como los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (Atacms), y ha habido una carrera para intentar hacerse con los cazas F-16 que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, viene pidiendo a gritos, recordó el experto.
Los jefes estadounidenses en Kiev podrán presionar a los ucranianos para que continúen la ofensiva durante otros 30 días, y tal vez incluso durante el invierno, añadió Rasmussen. Al tratar de presentar la vacilante contraofensiva bajo una "mejor" luz, Occidente ha recurrido a retórica como: "¡Oh, rompieron la primera línea de defensa!", dijo el experto.
"Sabemos que los soldados ucranianos pueden avanzar unos cientos de metros hasta un pequeño pueblo, pero luego se retiran. Jamás hubo vehículos blindados ni equipos pesados de Ucrania que superasen la primera línea de defensa", puntualizó.
En cuanto a las tácticas del Ejército ruso, "tienen de tres a cinco líneas de defensa, y si las fuerzas ucranianas rompen una de estas líneas, sólo habrá más pérdidas para ellos", afirma Rasmussen, que señaló que Kiev ha tenido graves problemas de reclutamiento, en medio de enormes pérdidas de personal militar activo.
Cabe recordar que el lunes 11 de septiembre el presidente ruso Vladímir Putin estimó que más de 70.000 soldados ucranianos murieron sólo durante la fallida contraofensiva de este verano de 2023.
Sin embargo, existe la sensación de que "dos bloques diferentes" se están gestando a nivel global, añadió, en referencia a la cumbre del G20 en la India, un marcado contraste con el convocante y ambicioso último encuentro de los países de la alianza BRICS, que conforma ese país asiático junto a Brasil, Rusia, China y Sudáfrica.
"No se vio ninguna condena directa a Rusia en la declaración del G20, pese a que Occidente lo intentó. Tal vez se hayan dado cuenta finalmente de que el apoyo mundial a Kiev se está debilitando", dijo el experto, añadiendo que lo que hay es "una resistencia en el Congreso [norteamericano] a continuar con la financiación" de Kiev.
La declaración de la cumbre demostró una "posición equilibrada sobre el conflicto en Ucrania", afirmó la representante rusa ante el G20, Svetlana Lukash, añadiendo que la mitad de los miembros del grupo se negaron a aceptar las narrativas occidentales.
"Las potencias occidentales no lograron secuestrar la agenda del foro intergubernamental en favor de la crisis de Ucrania", dijo el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en tanto.
En Estados Unidos, la mayoría de la gente no apoya la política actual de enviar más dinero a Ucrania, según las más recientes encuestas. A la luz de las próximas elecciones presidenciales de 2024, la Administración Biden está bajo presión interna por parte de un coro de voces que exigen que su atención se centre en los problemas de la nación y no del exterior.
"Creo que estamos descubriendo que el apoyo está empezando a disminuir y a fragmentarse detrás de escena", dijo Earl Rasmussen.
EEUU quiere despegarse del fracaso de la contraofensiva
En cuanto al intento de Occidente de transferir la responsabilidad del fracaso de la contraofensiva a la propia Ucrania, era una actitud esperada, según el analista.
El mes pasado comenzaron a surgir informes de que estrategas estadounidenses "aconsejaron a Ucrania" que enviara más tropas para "perforar" las defensas y los campos minados rusos, incluso a costa de un gran número de tropas y equipos.
Según reportes de prensa, altos funcionarios militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), incluido el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, el comandante supremo aliado de la alianza atlantista en Europa, Christopher Cavoli, y el jefe del Estado Mayor de Defensa británico, Tony Radakin, supuestamente mantuvieron una videollamada con el comando ucraniano presionándolo para lograr un cambio de enfoque.
Estados Unidos ha dicho descaradamente que ha estado trabajando con los ucranianos, "planificando esta ofensiva" durante meses, armando y entrenando al Ejército, señaló Rasmussen.
Pero ahora escuchamos críticas occidentales en el sentido de que "los ucranianos no son lo suficientemente valientes o básicamente agresivos en la ofensiva", con lo que estarían intentando despegarse de los malos resultados.
"Se acerca una temporada electoral en EEUU, asi que no quieren asumir la culpa y señalan con el dedo: 'Te dimos todo lo que querías, te capacitamos'. Porque somos nosotros [los estadounidenses] los que conducimos este tren detrás de escena. Tenemos personal técnico militar en Ucrania, se nos proporciona información y probablemente tenemos a los políticos en contacto continuo", afirmó.
Así, de los patrocinadores occidentales de Kiev liderados por Estados Unidos Earl Rasmussen concluyó que "¿están tratando de despegarse? Absolutamente. No quieren cargar con la culpa de este desastre".
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