De acuerdo con el estudioso, todo conflicto bélico se convierte en un campo de prueba para la tecnología, las tácticas y la estrategia del campo de batalla, rubros en los que la OTAN ha fallado en el caso de Ucrania, estimó.
Bryen afirma que de antemano se sabía que Ucrania carecía de poder aéreo; sin embargo, ponerse al tú por tú con Rusia lo hizo "basándose, principalmente, en promesas de la OTAN y, en particular, de Estados Unidos".
Pero a pesar de las exorbitantes sumas de dinero que la OTAN y EEUU han dado a Kiev, equivalente a 100 millones de dólares al día, Ucrania no aparece avanzar en su contraofensiva y ha sufrido pérdidas enormes, tanto humanas como de equipos.
"Los rusos han aprendido a derrotar algunas armas inteligentes. Por ejemplo, el Ministerio de Defensa de Rusia informa constantemente que ha desactivado misiles Himars y derribado inteligentes y drones, a menudo mediante interferencias", apunta el experto.
"Hoy en día, la OTAN está mal equipada para hacer frente a enjambres de drones o incluso defenderse de misiles de mediano y largo alcance. Parte de esto se debe a un gasto mal dirigido, en el que las defensas aéreas han sido descuidadas o se han centrado principalmente en amenazas nucleares estratégicas", agrega.
En la opinión de Stephen Bryen, la cobertura de defensa aérea en Europa dista mucho de ser adecuada, además de que las defensas aéreas que existen en la OTAN no están conectadas en red ni optimizadas para detectar amenazas. En el caso de EEUU, afirma, el país tiene "defensas aéreas muy deficientes".
"Parte del problema de Estados Unidos y la OTAN es la creencia inherente de que los rusos no serían capaces de adaptarse a nuevas formas de guerra. Los rusos no sólo se han adaptado, sino que han introducido nuevas generaciones de armas que parecen ser efectivas en el campo de batalla o contra objetivos de alto valor", sentencia.
Ejemplo de esto son las minas lanzadas desde el aire, que han dificultado que Ucrania despeje el camino para sus tropas, bombas planeadoras de precisión y misiles hipersónicos, además de los drones Lancet.
"En cualquier conflicto habrá una enorme necesidad de municiones y de armas de repuesto. El conflicto de Ucrania ha agotado los arsenales y reservas de la OTAN destinados a otras contingencias", escribe el analista.
Aunado a todo lo anterior, muchas de las piezas y materiales que ocupa Occidente para sus armas y tanques dependen del suministro procedente de China, que recientemente comenzó a restringir los productos electrónicos y otros suministros hacia EEUU y algunas partes de Europa.
Para el investigador es obvio es que las reservas de la OTAN son insuficientes para Ucrania y totalmente inadecuadas para la seguridad de la organización; sin embargo, nadie habla de la imprudencia que significó involucrarse en el conflicto de Ucrania.
"La OTAN no está preparada ni siquiera para defender sus propios territorios. ¿Conducirá esto, inevitablemente, a un cambio importante de enfoque en la política y la estrategia europeas?", indaga.
Rusia sostiene desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial con el objetivo de defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio cometido por parte de Kiev.
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