El miércoles 13 de septiembre, el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de Bruselas señaló que el reto número uno de la política exterior y seguridad de la Unión Europea es garantizar el triunfo de Kiev.
"Conseguir que Ucrania venza (...) no es una prioridad, sino la prioridad para la Unión Europea. Esto es el reto número uno de la política exterior y de seguridad de la Unión Europea", destacó Borrell.
Esto muestra "que la Unión Europea apuesta a que el conflicto no tenga solución en el corto plazo. Yo interpreto la postura de Borrell como intervencionista, dado que, en lugar de buscar una alternativa de solución pacífica mediante algunos de los mecanismos establecidos por el derecho internacional público (...), [la actitud] de este político español lleva precisamente a una interpretación donde la idea es que dicho evento no se resuelva pronto", menciona el también maestro en seguridad nacional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al respecto, el también experto en temas internacionales Carlos Manuel López Alvarado, académico de la UNAM, afirma que declaraciones eran totalmente previsibles, ya que también están relacionadas con el auge y crecimiento de naciones como las que conforman el bloque de los BRICS, en que participan Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica.
"La Unión Europea están entrando en un periodo de franca desesperanza al no poder contrarrestar las iniciativas desde el sur global", asegura.
¿Adiós a la propuesta de la ONU?
Durante meses, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha promovido el concepto de paz para resolver la querella entre Kiev y Moscú. Sin embargo, las declaraciones de Borrell derrumban esta postura, ya que se está impulsando a continuar con movilizaciones militares y armamentistas.
"Significa que está desechando esta posible solución mediante la intervención de la ONU, ya que antepone los intereses de este bloque económico ante las acciones para buscar una paz justa en el conflicto", subraya Martínez Serrano.
En este tenor, la maestra en diplomacia por la Universidad de Norwich, Estados Unidos, Arlene Ramírez Uresti comenta en entrevista para Sputnik que durante este tiempo Naciones Unidas ha sido fuertemente señalada por su postura.
"El sistema de Naciones Unidas ha sido ampliamente criticado desde su creación, quizás por no lograr contar con un mecanismo vinculatorio real hacia los países. Lamentablemente, seguimos viendo que, en conflictos de gran escala (...), no ha tenido la capacidad para desincentivarlos y para alcanzar soluciones verdaderamente pacíficas", asevera.
"En el caso de Ucrania, la ONU se ha visto todavía más rebasada que en otros conflictos porque no ha logrado tener una injerencia importante en los mecanismos de toma de decisiones regionales. A la Organización se le ha hecho tarde para comprender cuáles son los alcances necesarios en materia de paz sustentable (...)", puntualiza la experta.
Ucrania, la OTAN y la seguridad
Durante mucho tiempo, Kiev ha buscado formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). No obstante, su aspiración no se ha concretado. Así, Borrell hizo un llamado para que esta acción ocurra a la brevedad, mientras acusó a Moscú de querer tomar ventaja de este evento.
Sobre esta materia, López Alvarado señala que, de añadirse a la OTAN, la nación encabezada por Volodímir Zelenski estaría no solo provocando a Rusia, sino vulnerando su seguridad, esto en pos de los intereses no solo de Europa, sino también de Washington.
"Cuando la Federación de Rusia empieza a legitimar su propio proyecto de seguridad es cuando la Unión Europea y EEUU ven amenazada su seguridad, pero esta es ficticia, porque jamás respetaron el acuerdo verbal previo de no expandirse", opina.
"Están disfrazando su crecimiento como una supuesta amenaza de Rusia. Hay que comprender que Borrell quiere dominar políticamente a Ucrania para continuar con esta expansión, arguyendo un discurso de agresión cuando carece por completo de lógica ese argumento", declara.
Al respecto, Ramírez Uresti considera que la anexión de Kiev a la alianza belicista no garantiza que la paz llegará pronto. La especialista estima que este comentario de Borrell al respecto tiene que ver más con un llamado a la unidad dentro de la Unión Europea.
"El desgaste económico del apoyo hacia Ucrania está rebasando ya los límites en muchos casos, y las economías europeas no han pasado muy buen año (tras) el coletazo de la pandemia de COVID-19. Aún se resiente el problema de la cadena de suministros, el precio de los insumos para la industria alimentaria", pondera. "Hay una división interna sobre si se sigue financiando [a Ucrania]", observa.
China en la mira
Pero no solo Moscú está en la mira de las naciones que conforman la Unión Europea. Lo mismo ocurre con China y esto lo dejó claro Borrell, al afirmar en la misma conferencia de prensa que el segundo objetivo del bloque es equilibrar las relaciones con la nación liderada por Xi Jinping.
"Con China tenemos un gran problema: el desequilibrio de un déficit comercial impresionante, que ha pasado de ser de 140.000 millones de euros en 2016 a 400.000 millones en 2022", ahondó el funcionario de Bruselas.
Martínez Serrano, quien también es catedrático del Centro de Estudios Superiores Navales (CESNAV) en México, dice que el país asiático tiene la capacidad de rebasar a los Estados europeos que conforman el bloque económico y político para el que trabaja Borrell.
"La competencia económica, comercial, de inversiones de desarrollo científico y tecnológico de la República Popular China literalmente se come a la mayor parte de las economías de la Unión Europea, de tal suerte que, bajo estas circunstancias, es un gran rival ante el bloque. Por ende, la postura del político español es un adelanto ante este eventual contrincante, que se consolida dentro de los BRICS", explica.
Sobre esta materia, López Alvarado asevera que los dichos de Borrell reflejan la incomodidad de Europa ante el posicionamiento del sur global y la inminencia de un reacomodo en las relaciones internacionales.
"Ven a China y al sur global como un problema. Eso es algo que realmente nos hace entender cómo piensa Borrell respecto al papel que jugó Occidente en el mundo, que es un papel que no es (de) este tiempo; es anacrónico su discurso porque todavía sigue pensando en las décadas de 1980 y 1990", apunta.
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