Los kurdos son un pueblo indoeuropeo que habita en la región montañosa del Kurdistán, la cual no tiene acceso al mar y está situada en la Anatolia o Asia Menor, al norte de Oriente Medio y al sur de la Transcaucasia. Se considera que sus orígenes se encuentran en el imperio medo que duró 128 años, tiempo en el cual se enfrentaron a los asirios y a los aqueménidas (persas), siendo vencidos y conquistado en el año 550 a. C. por Ciro II el Grande fundador del imperio aqueménida, que fue conquistado a su vez por Alejandro Magno en el año 330 a. C.
Durante la Edad Media los kurdos tuvieron una relativa libertad bajo el dominio islámico. Sin embargo, con el auge de los otomanos, los territorios fueron divididos en dos Estados: el otomano y el persa. En la parte otomana, los feudos kurdos mantuvieron una amplia autonomía hasta el siglo xıx, en que la injerencia otomana provocó fuertes tensiones con las autoridades que desembocaron en diversas rebeliones de carácter independentista entre 1806 y 1880.
Tras la Primera Guerra Mundial, en la que los kurdos apoyaron a los aliados contra el Imperio otomano, lograron que en el tratado de paz, firmado el 10 de agosto del año 1920 en Sèvres (Francia), entre el imperio otomano y las naciones aliadas (excepto Rusia y Estados Unidos), se contemplara el reconocimiento de su independencia. Sin embargo, este acuerdo internacional nunca se ratificó y fue sustituido por el Tratado de Lausana, firmado en la ciudad suiza del mismo nombre el 24 de julio de 1923 y que repartió el territorio otomano entre los actuales Estados en los que se encuentra dividido, debido a la negativa de los nuevos dirigentes nacionalistas turcos, liderados por Mustafá Kemal (Attatürk), de aceptar lo que el último sultán otomano había firmado por imposición de los aliados, quedando así decretada la fragmentación kurda que se mantiene hasta nuestros días.
Su población es imprecisa, pero se estima en unos treinta millones de habitantes, distribuidos principalmente entre Turquía (15 millones; 20% de la población total), Irán (7,5; 10%), Irak (4,5; 13%) y Siria (1,5; 7%). El pueblo kurdo es la minoría étnica más grande en el Oriente Medio que no posee un Estado propio. En el ámbito religioso, estos son en su mayoría musulmanes de la rama sunita, aunque existe una importante minoría que sigue la religión preislámica y tradicional kurda, el yazidismo.
El Kurdistán tiene un área total de aproximadamente 392,000 km2 de los cuales 190,000 km² los tiene Turquía; 125,000 km² Irán; 65,000 km² Irak; y 12,000 km² Siria. Un dato curioso es que en dicho territorio se encuentran la mayoría de las reservas de petróleo de Irak e Irán y la totalidad del petróleo sirio.
Desde el año 1945 hasta mediado de la década de 1990 se desarrollaron varios intentos independentistas, teniendo como protagonistas, ya sean los kurdos iraníes, los kurdos iraquíes o los kurdos turcos. Sin embargo, estos intentos siempre fueron brutalmente aplastados. La guerra civil desarrollada en el Kurdistán iraquí entre 1994 y 1997 puso de manifiesto las profundas divisiones entre las distintas fuerzas políticas kurdas. La actual convivencia entre las dos principales facciones que comparten el poder del gobierno regional en el Kurdistán iraquí, es una rara excepción que a decir de los analistas, responde más a la necesidad de Washington de contar con un aliado local, con el cual contrarrestar el creciente poder de los chiitas iraquíes.
Durante la guerra civil siria en el 2012, estalla la revuelta armada en el territorio kurdo de Siria. Sin embargo, los kurdos sirios tampoco han podido avanzar, debido a que Turquía y Estados Unidos están situados en posiciones enfrentadas, dados sus visiones diferentes del conflicto sirio. Turquía aspira a que la mayoría sunita de siria tome el poder en Damasco, alineados con Ankara en contra de Teherán, para lo cual son de los más interesados en ver al régimen de Bashar al Assad caer.
De ahí que no le interesa que los kurdos sirios sean independientes y fuertes pues podrían servir de plataforma nacional en el futuro o de refugio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) al que Turquía enfrenta desde 1984 y que Recep Tayyip Erdogan ha vuelto a ver como el enemigo a batir, para cobijarse con la bandera del nacionalismo tratando de recuperar el apoyo popular perdido y que al parecer se le ha dado, al recuperar la mayoría absoluta en el legislativo.
En sus planes de neutralizar la amenaza que representa Estados Islámico, Estados Unidos necesita un aliado que pueda enfrentarse en el terreno con los yihadistas. De manera que Washington apoya a las milicias kurdas sirias del Partido de Unión Democrática, conocidas como Unidades de Protección Popular (UPP), que le están dando muy buenos resultados en las zonas próximas a la frontera entre Siria y Turquía. Por esto Ankara las ve como terroristas y aliadas del PKK y es lo que ha provocado que esté lanzando los ataques directos contra las posiciones de estas en el territorio sirio, para impedir la consolidación por los kurdos sirios de una zona propia desde la frontera con Irak, a lo largo de la frontera entre Siria y Turquía.
Como se ve el abanico de opciones es limitado para que Ankara y Washington puedan encuadrar sus visiones y mientras eso suceda, Moscú marcha adelante, sosteniendo a un Bashar al Assad cuya imagen se acrecienta cada día como un aliado coyuntural contra Estado Islámico, la banda escindida de la red terrorista al Qaeda, dirigida por Ibrahim Awwad, autoproclamado califa Abu Bakr al-Baghdadi.
FUENTE: https://elprecursor.wordpress.com/2016/02/22/los-kurdos-y-las-visiones-contrapuestas-de-ankara-y-washington/
Por Alfredo De La Cruz
Durante la Edad Media los kurdos tuvieron una relativa libertad bajo el dominio islámico. Sin embargo, con el auge de los otomanos, los territorios fueron divididos en dos Estados: el otomano y el persa. En la parte otomana, los feudos kurdos mantuvieron una amplia autonomía hasta el siglo xıx, en que la injerencia otomana provocó fuertes tensiones con las autoridades que desembocaron en diversas rebeliones de carácter independentista entre 1806 y 1880.
Tras la Primera Guerra Mundial, en la que los kurdos apoyaron a los aliados contra el Imperio otomano, lograron que en el tratado de paz, firmado el 10 de agosto del año 1920 en Sèvres (Francia), entre el imperio otomano y las naciones aliadas (excepto Rusia y Estados Unidos), se contemplara el reconocimiento de su independencia. Sin embargo, este acuerdo internacional nunca se ratificó y fue sustituido por el Tratado de Lausana, firmado en la ciudad suiza del mismo nombre el 24 de julio de 1923 y que repartió el territorio otomano entre los actuales Estados en los que se encuentra dividido, debido a la negativa de los nuevos dirigentes nacionalistas turcos, liderados por Mustafá Kemal (Attatürk), de aceptar lo que el último sultán otomano había firmado por imposición de los aliados, quedando así decretada la fragmentación kurda que se mantiene hasta nuestros días.
Su población es imprecisa, pero se estima en unos treinta millones de habitantes, distribuidos principalmente entre Turquía (15 millones; 20% de la población total), Irán (7,5; 10%), Irak (4,5; 13%) y Siria (1,5; 7%). El pueblo kurdo es la minoría étnica más grande en el Oriente Medio que no posee un Estado propio. En el ámbito religioso, estos son en su mayoría musulmanes de la rama sunita, aunque existe una importante minoría que sigue la religión preislámica y tradicional kurda, el yazidismo.
El Kurdistán tiene un área total de aproximadamente 392,000 km2 de los cuales 190,000 km² los tiene Turquía; 125,000 km² Irán; 65,000 km² Irak; y 12,000 km² Siria. Un dato curioso es que en dicho territorio se encuentran la mayoría de las reservas de petróleo de Irak e Irán y la totalidad del petróleo sirio.
Desde el año 1945 hasta mediado de la década de 1990 se desarrollaron varios intentos independentistas, teniendo como protagonistas, ya sean los kurdos iraníes, los kurdos iraquíes o los kurdos turcos. Sin embargo, estos intentos siempre fueron brutalmente aplastados. La guerra civil desarrollada en el Kurdistán iraquí entre 1994 y 1997 puso de manifiesto las profundas divisiones entre las distintas fuerzas políticas kurdas. La actual convivencia entre las dos principales facciones que comparten el poder del gobierno regional en el Kurdistán iraquí, es una rara excepción que a decir de los analistas, responde más a la necesidad de Washington de contar con un aliado local, con el cual contrarrestar el creciente poder de los chiitas iraquíes.
Durante la guerra civil siria en el 2012, estalla la revuelta armada en el territorio kurdo de Siria. Sin embargo, los kurdos sirios tampoco han podido avanzar, debido a que Turquía y Estados Unidos están situados en posiciones enfrentadas, dados sus visiones diferentes del conflicto sirio. Turquía aspira a que la mayoría sunita de siria tome el poder en Damasco, alineados con Ankara en contra de Teherán, para lo cual son de los más interesados en ver al régimen de Bashar al Assad caer.
De ahí que no le interesa que los kurdos sirios sean independientes y fuertes pues podrían servir de plataforma nacional en el futuro o de refugio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) al que Turquía enfrenta desde 1984 y que Recep Tayyip Erdogan ha vuelto a ver como el enemigo a batir, para cobijarse con la bandera del nacionalismo tratando de recuperar el apoyo popular perdido y que al parecer se le ha dado, al recuperar la mayoría absoluta en el legislativo.
En sus planes de neutralizar la amenaza que representa Estados Islámico, Estados Unidos necesita un aliado que pueda enfrentarse en el terreno con los yihadistas. De manera que Washington apoya a las milicias kurdas sirias del Partido de Unión Democrática, conocidas como Unidades de Protección Popular (UPP), que le están dando muy buenos resultados en las zonas próximas a la frontera entre Siria y Turquía. Por esto Ankara las ve como terroristas y aliadas del PKK y es lo que ha provocado que esté lanzando los ataques directos contra las posiciones de estas en el territorio sirio, para impedir la consolidación por los kurdos sirios de una zona propia desde la frontera con Irak, a lo largo de la frontera entre Siria y Turquía.
Como se ve el abanico de opciones es limitado para que Ankara y Washington puedan encuadrar sus visiones y mientras eso suceda, Moscú marcha adelante, sosteniendo a un Bashar al Assad cuya imagen se acrecienta cada día como un aliado coyuntural contra Estado Islámico, la banda escindida de la red terrorista al Qaeda, dirigida por Ibrahim Awwad, autoproclamado califa Abu Bakr al-Baghdadi.
FUENTE: https://elprecursor.wordpress.com/2016/02/22/los-kurdos-y-las-visiones-contrapuestas-de-ankara-y-washington/
Por Alfredo De La Cruz
UN PENSAMIENTO EN “LOS KURDOS Y LAS VISIONES CONTRAPUESTAS DE ANKARA Y WASHINGTON”
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