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lunes, 19 de diciembre de 2016

Friedman, ¿la 'bomba' de Trump en el conflicto palestino-israelí?



Donald Trump, presidente electo de EEUU, ha nombrado como próximo embajador de su país en Israel a David Friedman, en una decisión que podría generar un conflicto en Israel y sus territorios ocupados, explica The New York Times.

Friedman es una persona sin experiencia diplomática, a diferencia de sus predecesores en el cargo, uno de los puestos más sensibles dentro de la Administración de EEUU, explica el diario norteamericano.



Pero además, Friedman tiene "opiniones extremistas", que según el diario, son radicalmente opuestas a las del 'establishment' norteamericano y a las de la mayoría de estadounidenses.

"Friedman ha dudado de la necesidad de una solución de [la creación] dos Estados bajo la cual israelíes y palestinos puedan vivir juntos y en paz. (…) Friedman ha respaldado la continuación del asentamiento [israelí] en el territorio ocupado en Cisjordania, que Israel arrebató a Jordania durante la guerra de 1967. Friedman ha llegado al punto de apoyar la anexión de tierras en las que los palestinos esperan construir un Estado por su cuenta", detalla el rotativo.


Igualmente, continúa la nota, Friedman ha tildado a Barack Obama de antisemita, al igual que a la organización J Street, una asociación judeoamericana que ha presionado en favor de la solución de los dos Estados para el conflicto existente entre Israel y Palestina.

Por otra parte, Friedman ha anunciado su deseo de trasladar la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, un lugar que tanto Israel como Palestina consideran su capital.

"Una reubicación unilateral de la Embajada en Jerusalén sería interpretado como una inclinación en la balanza hacia el lado de Israel, deteriorando aún más el papel de EEUU como negociador honesto", explica el diario.

Aunque el traslado de la Embajada no es complicado, sus resultados son impredecibles. Sin embargo, "una triste historia de conflictos sugiere que tal decisión puede provocar violencia y dificultar los esfuerzos de Israel para mejorar las relaciones con los Estados árabes suníes más importantes", concluye The New York Times.

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