Un diplomático ruso de alto nivel fue hallado muerto en su apartamento de Moscú, con un balazo en la cabeza, en la mañana del 20 de diciembre de 2016.
Según los primeros datos recogidos por la policía, podría tratarse tanto de un suicidio como de un asesinato.
Teniendo en cuenta que la muerte violenta de este diplomático ruso se registra sólo horas después del asesinato a tiros del embajador de la Federación Rusa en Ankara [1] y el contexto de intentos de las potencias que tratan de mantener la guerra contra Siria y de sabotear la reunión prevista en Moscú entre los ministros de Exteriores de Irán, Rusia y Turquía [2], las autoridades rusas han adoptado medidas especiales de seguridad.
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