Las sanciones impuestas a Rusia por EEUU, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) provocaron una nueva ola de inflación que afectó a los países occidentales y disparó los precios de la energía en todo el mundo.
Sputnik analizó las pérdidas de las empresas europeas, estadounidenses y japonesas que expresaron su intención de abandonar o suspender sus operaciones en Rusia tras el inicio de la operación especial en Ucrania en febrero, descubriendo que su retirada y la congelación de sus actividades les costaron al menos 70.000 millones de dólares.
El sector de la energía fue el más afectado por esta medida con pérdidas totales de 54.900 millones de dólares. Al mismo tiempo, las empresas alimentarias y tabaqueras perdieron 7.700 millones de dólares; las empresas de informática y los fabricantes de maquinaria, unos 4.900 millones, y el sector bancario, 3.700 millones.
Las corporaciones energéticas europeas, como BP, Linde, Uniper y TotalEnergies, perdieron una fortuna cada una, mermando sus billonarios activos en medio de la suspensión del gasoducto Nord Stream 2 y la salida de otros proyectos.
Entre las empresas que más sufrieron desde el inicio de la operación están McDonald’s, que perdió 1.200 millones de dólares, PepsiCo Inc, con 1.600 millones de pérdidas, y Carlsberg con 1.180 millones de dólares.
El portavoz del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, señaló que los países que aplican sanciones contra Moscú solo se perjudican a sí mismos.
“Al bajar el telón de acero alrededor de sus países, por su propia estupidez e ignorancia, se castigan a sí mismos”, declaró.
Volodin arremetió contra los países que pidieron la prohibición de entrada en la UE a los ciudadanos rusos, subrayando que las actuales restricciones aplicadas contra los rusos harán que Europa pierda al menos 21.000 millones de euros. El alto funcionario señaló que las naciones que instaron a tomar tal medida —entre ellas Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, la República Checa, Polonia y Ucrania— “perdieron su independencia”.
Las repúblicas de Donetsk y Lugansk, reconocidas previamente por Moscú, solicitaron ayuda a Rusia para defenderse de los ataques intensos de las tropas ucranianas. El 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en respuesta a esta solicitud decidió lanzar la operación especial militar.
Según el Kremlin, los objetivos de la operación especial son desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Numerosos países occidentales respondieron a la decisión de Rusia imponiéndole sanciones.
Fuente: Sputnik
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