“Desde hace dos años y medio que Bielorrusia enfrenta presiones […] sin precedentes de parte de Estados Unidos, el Reino Unido y sus aliados”, sostuvo el martes el Ministerio bielorruso de Asuntos Exteriores en un comunicado.
De acuerdo con la nota, ese mismo enfoque y la “injerencia directa y grosera” de los países occidentales en los asuntos internos de Minsk causaron que Bielorrusia se viera “obligada a responder para fortalecer su propia capacidad de seguridad y defensa”.
El texto resalta que la medida “no contradice en modo alguno los artículos I y II del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)”.
“La cooperación militar entre Bielorrusia y Rusia se lleva a cabo en estricta conformidad con el derecho internacional”, se lee en el comunicado.
De este modo, la Cancillería bielorrusa explicó por qué Minsk ha decidido permitir que Rusia emplace armas nucleares tácticas en Bielorrusia.
Al respecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el sábado que había acordado con su par bielorruso, Alexander Lukashenko, el desplazamiento de dichas armas, a raíz del anuncio del Reino Unido de suministrar a las fuerzas ucranianas munición con uranio empobrecido.
Putin, además, matizó que Minsk ya había solicitado antes contar en su suelo con tal armamento.
Se trata de la primera vez desde mitad de la década de 1990 que Rusia decide basar una parte de su armamento nuclear fuera de su territorio.
El anuncio provocó críticas de Kiev y Occidente. La Unión Europea alertó de otra escalada del conflicto y Oleksiy Danilov, el jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional ucraniano, señaló que “Rusia tomó a Bielorrusia como rehén nuclear”. A su vez, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tildó el despliegue de “peligroso e irresponsable”.
Moscú rechaza estos posicionamientos, recordando que EE.UU. lleva décadas colocando sus armas nucleares en diversas partes de Europa.
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