En los Estados Unidos, recientemente se supo que la situación con la preparación para el combate de los cazas F-35 se ha deteriorado significativamente. Según el general de la Fuerza Aérea Michael Schmidt, solo alrededor de un tercio de los más de 540 cazas pueden completar todas sus misiones de combate, y solo el 53.1% de ellos son adecuados para entrenamiento, salidas de combate y vuelos de demostración. Este es un gran desafío para el Ejército de los Estados Unidos, que debe tener una flota de fuerza aérea lista para el combate.
Aunque en el informe del General no se mencionaban razones específicas para esta situación, anteriormente se habían mencionado varios factores, incluida la escasez de piezas de repuesto, las frecuentes averías de los motores y otros componentes y los largos tiempos de reparación. En los últimos años, la situación ha empeorado aún más: en 2020, la idoneidad parcial promedio de los combatientes fue del 69%, y la completa, alrededor del 39%, según la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos.
Según el general Schmidt, este estado de cosas es inaceptable, y la máxima preparación de los combatientes es su principal prioridad. Planea aumentar el nivel de preparación de los combatientes en al menos un 10% durante el año. Sin embargo, esto puede ser una tarea desalentadora, ya que la escasez de piezas y los problemas de los componentes son problemas que no se pueden resolver de inmediato.
La situación con el F-35 no solo es un problema para el ejército estadounidense, sino también para el fabricante Lockheed Martin, que suministra estos aviones. La preparación para el combate de los aviones es un indicador clave de su efectividad y tiene un impacto en la confianza del producto y los pedidos futuros.
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