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jueves, 15 de diciembre de 2016

Los submarinos chinos se vuelven casi invisibles para el enemigo



Los científicos chinos han logrado crear una nueva tecnología de defensa acústica para los submarinos. El nuevo sistema es capaz de 'disfrazar' el ruido de la nave, crear interferencias y dirigirlas contra el enemigo. El experto militar ruso, Vasili Kashin, explicó a Sputnik la importancia de la invención.



La tecnología china es resultado de estudios a gran escala en materia de comunicación y computación cuánticas que se están llevando a cabo en China. Una parte importante de dichos estudios está dedicada al trabajo sobre los llamados aislantes topológicos.

Los aislantes topológicos consisten de un dieléctrico, sin embargo su superficie conduce la electricidad. Se supone que este tipo de material puede funcionar como un medio digital en futuros modelos de computadoras. No obstante, resulta que puede tener usos diferentes.

Los científicos chinos experimentaron con aislantes topológicos en forma de anillos de una aleación de aluminio de un diámetro de 14 cm. Al manejar un grupo de estos anillos, ellos consiguieron redirigir las ondas de sonido en cualquier dirección deseada.

De hecho, esto significa que un submarino dotado de este material podrá redirigir las ondas de sonido en una dirección segura, así que garantizará que estas ondas no sean detectadas por una estación hidroacústica del enemigo.

Según su descripción, la nueva tecnología sirve para luchar contra los medios de detección hidroacústica, o sea, contra los sonares enemigos que funcionan de la misma manera que las estaciones de radares. Dichas estaciones generan una señal acústica y encuentran un buque enemigo cuando la señal se refleja en el casco de una nave.

Por ahora no se sabe si este método va a funcionar contra los medios de detección pasivos, que registran los sonidos que provienen del mismo buque, por ejemplo el ruido de los mecanismos. Cabe señalar que en ciertos casos los métodos pasivos se consideran preferibles.

Pero de todas maneras, incluso si no funciona contra sistemas pasivos, se trata de un avance muy importante que puede cambiar drásticamente la manera de conducir una guerra submarina. Por ahora, obviamente, se sabe poco de las posibilidades de la nueva tecnología dada la falta de experiencia.

El uso del nuevo sistema dependerá de su coste, fiabilidad técnica y su capacidad de sostenerse en condiciones severas. No obstante, el descubrimiento permitirá que Pekín solucione de manera rápida uno de los problemas más graves de su industria militar, la debilidad relativa de la defensa antibuques. Esto causará un efecto positivo considerable para el programa chino de armas estratégicas así como para el desarrollo de su Marina de guerra.

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