Ucrania envía más soldados a la línea del frente para intentar romper las defensas rusas, y pese al grueso arsenal que le han proveído sus aliados occidentales, lo único que experimenta el país eslavo es un gran número de bajas en sus filas, según el rotativo británico The Times.
Según las fuerzas ucranianas que hablaron con el medio, las unidades de asalto de élite de Ucrania avizoran el desarrollo de los acontecimientos en el campo de batalla de una manera “muy diferente” a las autoridades locales y occidentales con respecto a la contraofensiva de Kiev, que ya registra enormes bajas, escasez de equipamiento y disputas sobre los plazos de ejecución de fases.
Un miembro del grupo de asalto que opera en las primeras líneas del frente sur, apodado Boyets, admite que su unidad se redujo al 25 % de los efectivos iniciales, por las pérdidas sufridas desde que en julio comenzara sus operaciones en el marco de la contraofensiva. “Y el 90 % de los que están aquí también morirán”, sentenció.
Sobre el terreno, los uniformados ucranianos también aseguran que las bajas masivas han agotado las unidades blindadas, por las que habían apostado Kiev y países occidentales para la victoria.
Aún peor, los resultados de los análisis de los aliados de Ucrania, centrados en que los tanques de fabricación alemana Leopard y los vehículos de combate estadounidenses Bradley iban a ayudar al Ejército ucraniano a lograr avances significativos, no arrojan esperanzas.“Los Bradley y los Leopard son fantásticos hasta que explotan en una mina, no pueden moverse y quedan asfixiados por la artillería rusa”, añadió 'Boyets'.
Por su parte, los médicos desplegados con las unidades afirman que durante las 15 semanas que llevan en el frente, las pérdidas de la unidad han ascendido a un número de cuatro cifras.
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