“Es bastante obvio lo que están haciendo estos drones, y su misión no es en absoluto una misión pacífica para garantizar la seguridad del transporte marítimo en aguas internacionales”, aseguró este domingo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante una entrevista, para después aclarar, “de hecho, estamos hablando de la implicación directa de los operadores de estos drones en el conflicto, y contra nosotros”.
El Comando Europeo de Estados Unidos informó el pasado martes que dos cazas rusos Su-27 interceptaron un dron MQ-9 Reaper y uno de ellos colisionó con la aeronave, golpeando la hélice del vehículo aéreo no tripulado, por lo que las fuerzas estadounidenses tuvieron que derribar el aparato en aguas internacionales.
Sin embargo, Rusia ha rechazado que sus fuerzas hayan hecho algún esfuerzo por derribar el dron y subrayado que el incidente ocurrió cuando el aparato militar no tripulado volaba “sobre las aguas del mar Negro en el área de la península de Crimea (...) hacia la frontera estatal rusa”.
Crimea proclamó su independencia de Ucrania el 17 de marzo de 2014 y solicitó formalmente integrarse a Rusia tras un referéndum. Kiev y Washington se han negado a reconocer la soberanía de Moscú sobre el territorio.
El incidente llevó al secretario del Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono), Lloyd Austin, y su homólogo de Rusia, Serguéi Shoigu, mantener una conversación telefónica, en la que Shoigu señaló que los vuelos de drones estadounidenses cerca de Crimea son “provocadores” y corren el riesgo de aumentar las tensiones en el mar Negro. Enfatizó también que Rusia respondería “en especie a todas las provocaciones” en el futuro.
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