La compra de los sistemas S-400 rusos por parte de China garantizará la protección ante un posible ataque aéreo de Estados Unidos, señala el experto político Mijaíl Aleksándrov en una entrevista a Svobódnaya Pressa.
Washington tiene ventaja ante Pekín, sobre todo gracias a su Armada y a su Fuerza Aérea, tanto en cantidad como en calidad de armamento, afirma el experto. En teoría, prosigue, esto les permitiría a los estadounidenses librar una guerra aérea contra Pekín e incapacitar a los principales centros de mando y comunicación chinos así como destruir los principales tipos de armas.
Aunque todo esto garantizaría que Estados Unidos tenga una ventaja en operaciones para imponer un bloqueo a China, los militares norteamericanos obviamente entienden que tratar de conquistar al gigante asiático es en vano.
Pero desde el punto de vista de Washington, vale la pena destruir la infraestructura militar china y establecer el control sobre los sitios más importantes del país asiático, como Hong Kong.
"Primero, China sería desarmada y luego se sometería a los cambios interiores. Una posible opción será el intento de los movimientos pro-occidentales de derrocar al gobierno actual chino y hasta desintegrar China", advirtió.
Añadió que los posibles candidatos a separarse serían la región autónoma uigur de Sinkiang, la región autónoma del Tíbet, así como las áreas costeras cuyo nivel de vida es superior al resto de las regiones.
Según el entrevistado, todos estos cambios geopolíticos podrían ser resultado de que China pierda en la guerra aérea. Por otra parte, los sistemas rusos S-400 pueden dar una ventaja grande a Pekín en este tipo de enfrentamiento.
"El S-400 es un factor disuasorio muy efectivo"
"El S-400 es un factor disuasorio muy efectivo y Estados Unidos deberá tenerlo en cuenta. Los estadounidenses tendrán que inhabilitar los sistemas de defensa antiaérea china antes de empezar cualquier operación, y no es tan fácil. Menos aún que los chinos vayan a quedarse de brazos cruzados: esto implica que EEUU pueda sufrir bajas considerables", mencionó.
Aleksándrov cree que los suministros de los sistemas antiaéreos a Pekín buscan mandar una señal a Washington de que Moscú no romperá sus lazos con China, incluso en el campo técnico-militar.
"Si los norteamericanos quieren alejarnos de Pekín, no lo conseguirán", pronunció.
El experto recordó que Pekín ya cuenta con 15 divisiones de los sistemas antiaéreos rusos S-300PMU2, que resultan ser muy efectivos en combinación con S-400, destacó.
Opinó que Pekín no va a utilizar dichas armas para proteger a sus ciudades: los chinos necesitan cubrir sus objetos militares principales como centros de mando, silos y aeródromos. Por tanto se desconoce el número de divisiones que China necesita; "ningún experto puede responder a esta pregunta ya que es una información de alto secreto".
Aunque todo esto garantizaría que Estados Unidos tenga una ventaja en operaciones para imponer un bloqueo a China, los militares norteamericanos obviamente entienden que tratar de conquistar al gigante asiático es en vano.
Pero desde el punto de vista de Washington, vale la pena destruir la infraestructura militar china y establecer el control sobre los sitios más importantes del país asiático, como Hong Kong.
"Primero, China sería desarmada y luego se sometería a los cambios interiores. Una posible opción será el intento de los movimientos pro-occidentales de derrocar al gobierno actual chino y hasta desintegrar China", advirtió.
Añadió que los posibles candidatos a separarse serían la región autónoma uigur de Sinkiang, la región autónoma del Tíbet, así como las áreas costeras cuyo nivel de vida es superior al resto de las regiones.
Según el entrevistado, todos estos cambios geopolíticos podrían ser resultado de que China pierda en la guerra aérea. Por otra parte, los sistemas rusos S-400 pueden dar una ventaja grande a Pekín en este tipo de enfrentamiento.
"El S-400 es un factor disuasorio muy efectivo"
"El S-400 es un factor disuasorio muy efectivo y Estados Unidos deberá tenerlo en cuenta. Los estadounidenses tendrán que inhabilitar los sistemas de defensa antiaérea china antes de empezar cualquier operación, y no es tan fácil. Menos aún que los chinos vayan a quedarse de brazos cruzados: esto implica que EEUU pueda sufrir bajas considerables", mencionó.
Aleksándrov cree que los suministros de los sistemas antiaéreos a Pekín buscan mandar una señal a Washington de que Moscú no romperá sus lazos con China, incluso en el campo técnico-militar.
"Si los norteamericanos quieren alejarnos de Pekín, no lo conseguirán", pronunció.
El experto recordó que Pekín ya cuenta con 15 divisiones de los sistemas antiaéreos rusos S-300PMU2, que resultan ser muy efectivos en combinación con S-400, destacó.
Opinó que Pekín no va a utilizar dichas armas para proteger a sus ciudades: los chinos necesitan cubrir sus objetos militares principales como centros de mando, silos y aeródromos. Por tanto se desconoce el número de divisiones que China necesita; "ningún experto puede responder a esta pregunta ya que es una información de alto secreto".
Sin embargo, agregó, se sabe bien que no es rentable vender los S-400 en lotes pequeños, por no hablar de que los suministros son de gran importancia política-militar en la situación actual.
El director del consorcio Rostec, Serguéi Chémezov, recientemente explicó que su "empresa tiene una regla: primero, se entregan las armas al Ejército ruso, y solo más tarde se venden al extranjero", esto quiere decir que el Ejército chino recibirá los S-400 "no antes de 2018".
Anteriormente, se informó que el presidente ruso, Vladímir Putin, personalmente dio luz verde a los suministros de los sistemas antiaéreos a China. Asimismo hay informes de que China puede recibir 6 divisiones del nuevo sistema antiaéreo por un coste de 3.000 millones de dólares.
Los sistemas Triumf rusos permitirán que los chinos no solo controlen su espacio aéreo, sino también el de Taiwán y las islas Senkaku, las que Pekín considera parte integral de su territorio.
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