“Nos inquieta cuando oímos hablar que China y Rusia están cooperando en energía nuclear”, declaró el miércoles en una rueda de prensa la subsecretaria de Estado de EE.UU. para la Seguridad Internacional y la No Proliferación, Bonnie Jenkins.
La titular norteamericana afirmó que Washington observa con atención las actividades nucleares de Rusia y el interés que persigue China en este campo, e insistió en que “siempre” EE.UU. está preocupado por ciertos aspectos de las colaboraciones que los dos países mantienen en materia de la energía atómica.
Jenkins alegó que a Estados Unidos le interesa que las actividades nucleares sigan los principios de no proliferación y seguridad.
Charles Richard, jefe del Comando Estratégico de EEUU, que se encarga de supervisar el arsenal nuclear del país norteamericano, advirtió el pasado mayo de que el país norteamericano enfrenta un mayor riesgo nuclear ante Rusia y China y reconoció una “brecha de seguridad” al respecto.
Esto, mientras EE.UU. posee el arsenal nuclear más grande y avanzado del mundo, es el único país que ha utilizado este tipo de armamentos en una guerra, y se ha retirado de los instrumentos legales de control, como el Tratado de Limitación de Sistemas de Misiles Antibalísticos y el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.
No obstante, el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) ha hecho una serie de insinuaciones en la imperiosa necesidad de que Washington aumente su capacidad misilística nuclear para poder “hacer frente a la amenaza rusa”. En reiteradas ocasiones, las autoridades de la maquinaria de guerra estadounidense se han referido, asimismo, al poder militar y nuclear de China como su principal desafío.
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