El analista geopolítico Pepe Escobar, realiza un interesante análisis en el periódico Asia Times, en el que expone cuál cree que será la política de Trump con China.
Según Escobar, el escenario del juego entre EEUU, China y Rusia se está trasladando a Asia Central, una región que se convertirá en un “teatro privilegiado”, donde se podrá observar “en acción la asociación estratégica entre Rusia y China o una divergencia en su trabajo”.
Pepe Escobar
Según el analista, la influencia china sobre los países del sufijo están, es decir, Afganistán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, proviene de su inversión incesante dentro del programa llamado “Un cinturón, una ruta”, asociado con las nuevas Rutas de la Seda. Mientras tanto, Rusia se centra en la cooperación política y en materia de seguridad.
Escobar espera que los políticos estadounidenses apliquen esfuerzos para que los gigantes del continente Euroasiático se enfrenten allí e impedir que se conviertan en socios estratégicos.
Por un lado, el exsecretario de Estado y veijo asesor de Putin, Henry Kissinger privilegia a Rusia, mientras que otro elitista, Zbigniew Brzezinski, simpatiza con China, “pintándola como una amenaza para Rusia”.
Al mismo tiempo, la doctrina predominante en Rusia, de orientación euroasiática “en una oposición frontal con el atlantismo”, busca una igualdad geopolítica entre Estados Unidos, China y Rusia. Según escobar, los rusos no perciben a China como una amenaza, por mucho que lo quieran los titiriteros de EEUU.
El analista aborda el plan de Kissinger de levantar las sanciones a Moscú y reconocer oficialmente a Crimea como parte de la Federación Rusa.
A su juicio, ese plan cabe dentro de la conocida estrategia general de equilibrio de poder, un enfoque que contempla sacar a Rusia del frente euroasiático, integrado también por China e Irán. Para conseguir ese equilibrio deseado, EEUU podría conspirar contra la Organización de Cooperación de Shanghái, que une a Moscú, Pekín y los países del sufijo -stán.
Según Pepe Escobar, la futura política de la Administración de EEUU será un “juego de sombras”, donde toda la divergencia de intereses será tangible, mientras que la acción real se va a desarrollar de forma oculta.
En un momento crítico de elección entre las posibles jugadas, ha entrado en el juego el fundador del gigante del comercio en Internet Alibaba, Jack Ma, quien ha visitado recientemente al presidente electo de Estados Unidos en la Torre Trump de Nueva York, para ofrecerle un millón de empleos para ciudadanos estadounidenses.
Escobar supone que la misión de un alto embajador del negocio, fue encargada a Ma por el presidente chino, Xi Jinping.
Finalmente, el analista pronostica que Donald Trump hará negocios con China, al mismo tiempo que su gabinete mantendrá una retórica claramente antichina y a veces, aparentemente belicista.
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