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viernes, 27 de enero de 2017

Renuncian en estampida los jefes del Departamento de Estado de EEUU

En una estampida sin antecedentes, todos los altos cargos del Departamento de Estado norteamericano presentaron su renuncia al organismo.



Los miembros de mayor jerarquía del Departamento de Estado norteamericano acaban de renunciar en pleno. Todo el personal directivo dimitió este miércoles, “como parte de un éxodo en masa de altos funcionarios del servicio exterior que no quieren quedarse en la era Trump”, afirma el Washington Post.

El Departamento de Estado depende del presidente y es el responsable de las relaciones internacionales, equivalente a los Ministerios de Asuntos Exteriores y al Ministerio del Interior de otros países, publicó Página 12.

No se tiene registro de una estampida similar desde la creación del organismo, en 1789.

En este cuadro, “la tarea del secretario de Estado Rex Tillerson de liderar el Departamento de Estado se acaba de volver mucho más difícil”, opina el Washington Post. Es que los renunciantes no parecen personal muy fácil de reemplazar. “La especialización de los funcionarios del Departamento de Estado en las área de seguridad, gestión, posiciones administrativas y consulares son muy difíciles de encontrar en el sector privado”, explicó al matutino David Wade, jefe de departamento de Estado en el segundo gobierno de Obama.

En el momento de la renuncia, Rex Tillerson estaba en la sede del Departamento de Estado definiendo quién sería su número 2. Aparentemente, la balanza se inclinaba hacia Patrick Kennedy, que ocupaba ese puesto desde hacía nueve años

Pero, “de repente, Kennedy y tres de sus más altos funcionarios presentaron la renuncia: la subsecretaria de Estado para la Administración, Joyce Anne Barr, la subsecretaria de Estado para Asuntos Consulares Michele Bond y el embajador Gentry O. Smith, director de la Oficina de Misiones Exteriores. Todos son funcionarios de carrera del servicio exterior, que han servido tanto bajo administraciones republicanas como demócratas.

Las renuncias tienen el antecedente de las de la semana pasada, cuando dimitieron el secretario de Estado Adjunto de Seguridad Diplomática, Gregory Starr, y las directora de la Oficina de Operaciones de Ultramar, Lydia Muniz. “Eso equivale a una limpieza casi completa de todos los altos funcionarios que se ocupan de la gestión del Departamento de Estado, sus oficinas en el exterior y su personal”.

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