Líderes católicos de EEUU piden a Donald Trump que investigue el papel de la CIA y de la administración Obama en la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco.
Estos señalados católicos han dirigido un contundente escrito a su presidente, a la luz de no poca información que ha ido apareciendo sobre actividades extrañas de la administración Obama y de altos financieros afincados en EEUU como George Soros en relación con el Vaticano, y sobre la relación que podrían tener con la autoproclamada por el Cardenal Daneels “mafia” de Obispos que buscó desde antes de la muerte de Juan Pablo II colocar a un Papa de su cuerda en Roma.
Traducimos esta importante información, de gran alcance, aparecida en el Portal The Remnant el 20 de enero. Aquí la carta (las negritas son nuestras):
Carta abierta al Presidente Donald Trump (20 de enero de 2017).
“América es grande porque es buena; si América deja de ser buena, América dejará de ser grande” (Alexis de Tocqueville)
Estimado Presidente Trump:
El eslogan de campaña “Hagamos grande a América nuevamente” resonó con millones de norteamericanos de a pie, y su tenacidad para contrarrestar muchas de las más dañinas tendencias de nuestro tiempo ha sido muy motivadora. Todos aguardamos ver un permanente cambio para revertir las tendencias colectivistas de las últimas décadas.
Pero revertir las recientes tendencias colectivistas requerirá, por necesidad, revertir muchas acciones realizadas por la administración anterior. Entre esas acciones creemos que hay una que permanece ocultada por el secretismo. Específicamente, tenemos motivos para creer que el “cambio de régimen” en el Vaticano fue organizado por la adminstración Obama.
Nos ha preocupado seriamente descubrir que durante el tercer año del primer mandato de la administración Obama, su anterior contrincante, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, y otros funcionarios del Gobierno con los que ella colaboró propusieron una “revolución” católica con la cual se llevaría a cabo el colapso final de lo que queda de la Iglesia Católica en Norteamérica [1]. Aproximadamente un año después de esta discusión por correo electrónico, que nunca se pretendió que fuera hecha pública, encontramos que el Papa Benedicto XVI abdicó bajo circunstancias altamente inusuales y fue reemplazado por un Papa cuya aparente misión es proveer de un componente espiritual a la agenda ideológica radical de la izquierda internacional [2]. El Pontificado del Papa Francisco ha ido poniendo en cuestión su propia legitimidad en multitud de ocasiones [3]. Durante la campaña presidencial de 2016 quedamos atónitos al ver al Papa Francisco hacer campaña activamente contra sus propuestas políticas referidas a la seguridad de nuestras fronteras, e incluso yendo tan lejos como para sugerir que usted no es cristiano [4]. Valoramos su rápida y certera respuesta a esta vergonzosa acusación [5].
Estamos confundidos por el comportamiento de este Papa de tanta carga ideológica, cuya misión parece ser el avance de las agendas seculares de la izquierda más que guiar a la Iglesia Católica en su sagrada misión. Sencillamente no es papel de un Papa involucrarse en la política al punto de llegar a ser considerado el líder de la izquierda internacional.
A la vez que compartimos el objetivo para los EE.UU. que ha declarado, creemos que el camino para la “grandeza” es que América sea “buena” de nuevo, parafraseando a Tocqueville. Entendemos que el buen carácter no puede ser forzado en la gente, pero la oportunidad de vivir nuestras vidas como buenos católicos se ha dificultado de un modo creciente por lo que parece ser una entente de un gobierno de los Estados Unidos hostil y un Papa que parece tener tan mala voluntad hacia los seguidores de las enseñanzas católicas perennes, como parece mantenerla hacia usted.
Teniendo todo esto en mente, y deseando lo mejor para nuestro país así como para los católicos de todo el mundo, creemos que es la responsabilidad de los católicos leales e informados de los EE.UU. pedirle que autorice una investigación sobre las siguientes cuestiones:
¿Con qué propósito la Agencia Nacional de Seguridad estaba supervisando el cónclave que eligió al Papa Francisco? [6]
¿Qué otras operaciones encubiertas fueron realizadas por agentes operativos del gobierno de los EE.UU. en relación a la renuncia del Papa Benedicto o al cónclave que eligió al Papa Francisco?
¿Ha tenido agentes operativos del gobierno de los EE.UU. contacto con la “Mafia del Cardenal Danneels”? [7]
Las transacciones monetarias internacionales con el Vaticano fueron suspendidas durante los últimos días previos a la renuncia del Papa Benedicto. ¿Hubo alguna agencia del gobierno de EE.UU. involucrada en esto? [8]
¿Por qué fueron reanudadas las transacciones monetarias internacionales el 12 de febrero de 2013, el día siguiente a que Benedicto XVI anunciase su renuncia? ¿Fue esto pura coincidencia? [9]
¿Qué acciones, si acaso hubo alguna, fueron de hecho realizadas por John Podesta, Hillary Clinton y otros vinculados con la administración Obama que estuvieron involucrados en el debate que proponía promover una “Primavera Católica”?
¿Cuál fue el propósito y la naturaleza del encuentro secreto entre el vicepresidente Joseph Biden y el Papa Benedicto XVI en el Vaticano el día 3 de junio de 2011 o alrededor de esa fecha?
¿Qué papeles desarrollaron George Soros y otros financieros internacionales que pueden estar actualmente residiendo en el territorio de los EE.UU.? [10]
Creemos que la existencia misma de estas preguntas no respondidas provee suficiente evidencia como para avalar esta petición de que se realice una investigación.
En el caso de que tal investigación revelara que el gobierno de los EE.UU. interfirió inapropiadamente en los asuntos de la Iglesia Católica, requeriremos además que se hagan públicos los resultados de modo que los católicos puedan requerir una acción apropiada a aquellos elementos de nuestra Jerarquía que permanecen leales a las enseñanzas de la Iglesia Católica.
Por favor, comprenda que no estamos solicitando una investigación dentro de la Iglesia Católica; simplemente pedimos una investigación sobre actividades recientes del gobierno de los EE.UU., del cual usted es ahora el responsable.
Gracias nuevamente, y tenga la seguridad de nuestras más sinceras oraciones.
Respetuosamente,
David L. Sonnier, Tte. Coronel del Ejército de los EE.UU. (retirado)
Michael J. Matt, Editor de The Remnant
Christopher A. Ferrara, Presidente de la Asociación Americana de Abogados Católicos
Chris Jackson, Catholics4Trump.com
Elizabeth Yore, Fundadora de YoreChildren
Estimado Presidente Trump:
El eslogan de campaña “Hagamos grande a América nuevamente” resonó con millones de norteamericanos de a pie, y su tenacidad para contrarrestar muchas de las más dañinas tendencias de nuestro tiempo ha sido muy motivadora. Todos aguardamos ver un permanente cambio para revertir las tendencias colectivistas de las últimas décadas.
Pero revertir las recientes tendencias colectivistas requerirá, por necesidad, revertir muchas acciones realizadas por la administración anterior. Entre esas acciones creemos que hay una que permanece ocultada por el secretismo. Específicamente, tenemos motivos para creer que el “cambio de régimen” en el Vaticano fue organizado por la adminstración Obama.
Nos ha preocupado seriamente descubrir que durante el tercer año del primer mandato de la administración Obama, su anterior contrincante, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, y otros funcionarios del Gobierno con los que ella colaboró propusieron una “revolución” católica con la cual se llevaría a cabo el colapso final de lo que queda de la Iglesia Católica en Norteamérica [1]. Aproximadamente un año después de esta discusión por correo electrónico, que nunca se pretendió que fuera hecha pública, encontramos que el Papa Benedicto XVI abdicó bajo circunstancias altamente inusuales y fue reemplazado por un Papa cuya aparente misión es proveer de un componente espiritual a la agenda ideológica radical de la izquierda internacional [2]. El Pontificado del Papa Francisco ha ido poniendo en cuestión su propia legitimidad en multitud de ocasiones [3]. Durante la campaña presidencial de 2016 quedamos atónitos al ver al Papa Francisco hacer campaña activamente contra sus propuestas políticas referidas a la seguridad de nuestras fronteras, e incluso yendo tan lejos como para sugerir que usted no es cristiano [4]. Valoramos su rápida y certera respuesta a esta vergonzosa acusación [5].
Estamos confundidos por el comportamiento de este Papa de tanta carga ideológica, cuya misión parece ser el avance de las agendas seculares de la izquierda más que guiar a la Iglesia Católica en su sagrada misión. Sencillamente no es papel de un Papa involucrarse en la política al punto de llegar a ser considerado el líder de la izquierda internacional.
A la vez que compartimos el objetivo para los EE.UU. que ha declarado, creemos que el camino para la “grandeza” es que América sea “buena” de nuevo, parafraseando a Tocqueville. Entendemos que el buen carácter no puede ser forzado en la gente, pero la oportunidad de vivir nuestras vidas como buenos católicos se ha dificultado de un modo creciente por lo que parece ser una entente de un gobierno de los Estados Unidos hostil y un Papa que parece tener tan mala voluntad hacia los seguidores de las enseñanzas católicas perennes, como parece mantenerla hacia usted.
Teniendo todo esto en mente, y deseando lo mejor para nuestro país así como para los católicos de todo el mundo, creemos que es la responsabilidad de los católicos leales e informados de los EE.UU. pedirle que autorice una investigación sobre las siguientes cuestiones:
¿Con qué propósito la Agencia Nacional de Seguridad estaba supervisando el cónclave que eligió al Papa Francisco? [6]
¿Qué otras operaciones encubiertas fueron realizadas por agentes operativos del gobierno de los EE.UU. en relación a la renuncia del Papa Benedicto o al cónclave que eligió al Papa Francisco?
¿Ha tenido agentes operativos del gobierno de los EE.UU. contacto con la “Mafia del Cardenal Danneels”? [7]
Las transacciones monetarias internacionales con el Vaticano fueron suspendidas durante los últimos días previos a la renuncia del Papa Benedicto. ¿Hubo alguna agencia del gobierno de EE.UU. involucrada en esto? [8]
¿Por qué fueron reanudadas las transacciones monetarias internacionales el 12 de febrero de 2013, el día siguiente a que Benedicto XVI anunciase su renuncia? ¿Fue esto pura coincidencia? [9]
¿Qué acciones, si acaso hubo alguna, fueron de hecho realizadas por John Podesta, Hillary Clinton y otros vinculados con la administración Obama que estuvieron involucrados en el debate que proponía promover una “Primavera Católica”?
¿Cuál fue el propósito y la naturaleza del encuentro secreto entre el vicepresidente Joseph Biden y el Papa Benedicto XVI en el Vaticano el día 3 de junio de 2011 o alrededor de esa fecha?
¿Qué papeles desarrollaron George Soros y otros financieros internacionales que pueden estar actualmente residiendo en el territorio de los EE.UU.? [10]
Creemos que la existencia misma de estas preguntas no respondidas provee suficiente evidencia como para avalar esta petición de que se realice una investigación.
En el caso de que tal investigación revelara que el gobierno de los EE.UU. interfirió inapropiadamente en los asuntos de la Iglesia Católica, requeriremos además que se hagan públicos los resultados de modo que los católicos puedan requerir una acción apropiada a aquellos elementos de nuestra Jerarquía que permanecen leales a las enseñanzas de la Iglesia Católica.
Por favor, comprenda que no estamos solicitando una investigación dentro de la Iglesia Católica; simplemente pedimos una investigación sobre actividades recientes del gobierno de los EE.UU., del cual usted es ahora el responsable.
Gracias nuevamente, y tenga la seguridad de nuestras más sinceras oraciones.
Respetuosamente,
David L. Sonnier, Tte. Coronel del Ejército de los EE.UU. (retirado)
Michael J. Matt, Editor de The Remnant
Christopher A. Ferrara, Presidente de la Asociación Americana de Abogados Católicos
Chris Jackson, Catholics4Trump.com
Elizabeth Yore, Fundadora de YoreChildren
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