"Fue la mejor etapa de mi vida", asegura en conversación telefónica el doctor en Historia por la Universidad Estatal de Voronezh, Alejandro Sheseña. El especialista en jeroglíficos mayas realizó estudios, primero, en 1989, y después, en el 2000, en el Centro de Estudios Mesoamericanos de Moscú.
En aquel entonces, los expertos en su tema de interés eran limitados, muchos de ellos radicados solo en Alemania y Estados Unidos. Sin embargo, en Rusia también se encontraban algunos de los especialistas más destacados en estudios mayas, una verdadera oportunidad para Sheseña.
"Se cuentan con los recursos, se cuentan con los profesores especializados. Esa es otra ventaja que se tiene, en Rusia encontramos especialistas para prácticamente cualquier tema que queramos, y reconocidos a nivel mundial para prácticamente cualquier área del conocimiento que se desee", señala Sheseña.
De acuerdo con datos del Emerging Economies University Rankings THE, las universidades rusas se encuentran entre las mejores del mundo. Con más de 750 instituciones educativas y la capacidad para atender a más de 4,1 millones de estudiantes, el sistema educativo profesional ruso es uno de los más atractivos, sobre todo en áreas como física, programas aeroespaciales, programación y tecnología de la información, filología del idioma ruso, música y estudios de posgraduados para médicos internos.
Según datos del Ministerio de Educación Superior y Ciencia, entre 2013 y 2014 160.000 alumnos extranjeros viajaron a este país para realizar estudios profesionales. Para 2021, la cifra aumentó 102,5% hasta 324.000 y, en cuatro años, se estima que dicho número aumentará hasta 710.000.
Una parte central de este incremento son las becas que ofrece el Gobierno ruso. Tan solo para la región de América Latina, se ofrecen más de 1.100 becas al año (actualmente hay 1.121 alumnos becados), de los cuales 32 son originarios de México.
"Este número es uno de los más grandes en la región. Nos complace observar que la demanda de educación en Rusia se mantiene en un nivel alto y, cada año, a pesar de restricciones de la pandemia o acontecimientos de política exterior, hay una competencia por nuestras becas", aseguró para Sputnik la jefa de la Agencia de Cooperación de la Federación de Rusia en México, Tatiana Bogdanova.
Bogdanova explicó que el proceso de selección para aplicar a una beca inicia de manera virtual. Posteriormente, la representación de Rusia en el país del postulante continuará con la selección. En el caso de México, se trata de la agencia Rossotrudnichestvo (conocida en redes sociales como la Casa Rusa en Ciudad de México).
Una vez que Rossotrudnichestvo selecciona a los candidatos, evaluados con sus calificaciones, logros personales y cartas de motivación, la segunda etapa de selección la desarrolla la universidad rusa elegida y el Ministerio de Ciencia y Educación Superior de Rusia, quienes se encargan de revisar los expedientes en un proceso que comienza en abril de cada año.
"El idioma ruso no es una barrera para la carrera. Si un candidato necesita aprender o mejorar el nivel de su dominio del idioma ruso, la beca cubre los estudios en una facultad preparatoria", detalló la diplomática.
¿Cómo es la experiencia?
En 2016, Juan Antonio Carmona empezó una de las etapas que más marcarían su vida y carrera profesional. Ese año comenzó sus estudios de maestría en Gobernanza Global en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, lo que lo llevaría a conocer al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una ceremonia donde se reconoció la labor de estudiantes extranjeros en Moscú.
"Eso forma parte también de algo que fue y sigue siendo ya para toda la vida un momento clave en mi historia", afirma a Sputnik Carmona García, quien cada diciembre regresa a Moscú a seguir trabajando con las autoridades rusas en programas humanitarios, en el marco del Día Internacional del Voluntariado.
Carmona García, presidente co-fundador de la Comunidad de Mexicanos en MGIMO-Moscú en toda Rusia, narra que uno de sus principales retos fue aprender el idioma y adaptarse a un estilo más serio y directo para hacer las cosas. La disciplina sería un factor que se repetiría a lo largo de su estadía en Moscú.
La alta exigencia y estudiar de la mano de ministros y diplomáticos en funciones, le permitió al también director del proyecto Future Team en México, de la Agencia Conjunta de Cooperación Global, tener una formación integral que, además, le impulsaría a promover el intercambio estudiantil entre México y Rusia, logrando que la primera alumna rusa consiguiera lo necesario para realizar prácticas profesionales en el Instituto Politécnico Nacional de México (IPN).
"Estas mismas habilidades las traigo a México para pensar en cooperación internacional. Poco a poco se fueron abriendo caminos que nunca me habían pasado por la cabeza, que nunca había vislumbrado como estar colaborando en un proyecto del presidente de la Federación de Rusia o trabajar y ser invitado a diferentes foros con jóvenes de todo el mundo para hablar sobre desarrollo sostenible y cooperación humanitaria", sostiene el internacionalista.
Formación basada en investigación
El doctor Alejandro Sheseña, reconocido con la medalla Yuri Knórozov que entregan de manera conjunta la Universidad Estatal Humanitaria de Rusia y el Centro de Investigación Maya Yuri Knórozov, con sede en Yucatán, México, considera que uno de los elementos que caracteriza al sistema educativo ruso es su enfoque multi e interdisciplinar, es decir, que sin importar la especialidad que se escoja, el estudiante también aprende de otras áreas del conocimiento que fortalecen su proceso de enseñanza.
A esto se añade que, desde el primer momento, se inculca el valor de la investigación para resolver problemas, por lo que todo conocimiento teórico debe tener un ejercicio práctico.
"La formación pasa por la investigación, la formación no pasa por leer libros y aprenderse de memoria datos, la formación pasa por la investigación y es algo que apenas se están dando cuenta en Occidente. Uno aprende resolviendo problemas, no aprende leyendo o memorizando", sentencia Shesheña Hernández.
Un elemento adicional que enriquece la vida del estudiante es, de acuerdo con la experiencia de Alejandro Sheseña, la oferta cultural de Rusia. Para el académico, la posibilidad de acceder a eventos culturales de excelencia genera un ambiente propicio para el desarrollo humano integral, opina el académico mexicano.
"Sentirse parte de la Universidad de Moscú es una cosa inspiradora porque genera un ambiente propicio para que desarrolles tus investigaciones con todo el gusto del mundo", afirma el doctor en Historia.
Para Antonio Carmona, la posibilidad de estudiar en la nación euroasiática también le permitió convivir con estudiantes de todo el mundo, con los cuales pudo reforzar su interés por la cooperación global y practicar, además, "una diplomacia de pueblos, de acercar a nuestras naciones y abrir puentes", más allá de los vínculos con embajadas e instituciones diplomáticas.
"Que [los interesados] se preparen mucho, que abran la mente hacia una multipolaridad. Obviamente Rusia como actor geopolítico, es una superpotencia […]. Es una oportunidad enorme", concluye Carmona García.
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