El 24 de febrero de 2022, las tripulaciones de nueve barcos civiles rusos fueron detenidas por Ucrania y pasaron más de seis meses en plantas de reparación de buques en la ciudad de Izmaíl. Gracias a negociaciones entre Moscú y Kiev, en octubre pasado 72 marineros lograron regresar a la patria.
"Acnudh está preocupada por lo que, si la privación de libertad de los marineros fue realizada o prolongada especialmente para canjearlos por prisioneros de guerra ucranianos o civiles detenidos, este accidente puede ser considerado como una toma de rehenes según el derecho internacional humanitario", señala el comunicado.
La nota subraya que este caso merece una atención especial al tener en cuenta "la gran cantidad de personas detenidas arbitrariamente y las consecuencias graves, la muerte de un detenido".
Las Fuerzas Armadas de Ucrania, continúa, prohibieron a los marineros el desembarque durante ocho meses, mientras la detención no fue explicada jurídicamente, ya que "a los marineros no les presentaron acusaciones penales y las autoridades ucranianas no presentaron bases jurídicas para la detención ni explicaron de otra manera su necesidad por razones de seguridad".
Los marineros tampoco fueron informados de las causas de la detención y no pudieron impugnar su legalidad según el derecho humanitario internacional, precisa la publicación.
Asimismo, Acnudh lamenta que las autoridades nacionales y locales rechazaran todas sus solicitudes de garantizar el acceso a los marineros sin dar explicaciones antes de su canje por prisioneros de guerra, aunque los marineros no pudieron considerarse como tales.
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