Estados Unidos concedió 46,6 mil millones de dólares en ayuda militar a Ucrania desde el inicio de la operación militar rusa en el país eslavo hasta mediados de enero, mientras que gastó anualmente en promedio 43,4 mil millones, en dólares de 2022, durante los primeros diez años de la guerra de Afganistán, según publicó esta semana la firma alemana Statista.
“Al calcular los costos anuales promedio de guerras anteriores en las que Estados Unidos ha estado involucrado, se puede ver la verdadera magnitud del gasto de ayuda del país en Ucrania”, dijo Martin Armstrong, periodista de datos de Statista.
Sin embargo, la anunciada cifra no incluye armas y equipos adicionales por valor de 5000 millones de dólares que el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) envió a Kiev, agregó Armstrong.
A estas ayudas militares, se suman también los 4500 millones de dólares que prometió el presidente estadounidense, Joe Biden, a Kiev para financiar las pensiones, los salarios del Gobierno y otros gastos públicos.
En total, la Administración Biden ha asignado 113 mil millones de dólares en ayuda —militar y no militar— a Ucrania, mientras que la Casa Blanca ha prometido seguir brindando asistencia a Ucrania “hasta que sea necesario”, según datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial, citados por Statista.
La ayuda estadounidense a Ucrania durante el mencionado período supera mucho el presupuesto militar anual de Rusia que oscila entre 65 mil y 70 mil millones de dólares.
La gruesa ayuda financiera y militar proporcionada por EE.UU. a Ucrania, y las de otros países de la Organización del Tratado de la Alianza Norte (OTAN) y también los de Asia han sumido a la nación de la exrepública soviética en una profunda crisis de deuda.
La asistencia militar estadounidense a Ucrania, sin embargo, ha desatado una ola de críticas y rechazos tanto entre los legisladores, como entre los contribuyentes. La representante republicana por Georgia, Marjorie Taylor Greene, consideró la guerra en Ucrania como “una industria rentable mortal” y advirtió que la ayuda estadounidense a Kiev arrastrará al país norteamericano a una confrontación directa con Rusia.
“El pueblo estadounidense no quiere la guerra con Rusia, pero la OTAN y nuestros propios líderes tontos nos están arrastrando a una. Deberíamos retirarnos de la OTAN”, dijo Greene.
Rusia, a su vez, que inició la operación militar especial el 24 de febrero de 2022 en respuesta a las agresiones de Kiev a las Repúblicas prorrusas de Donetsk y Luhansk, y la creciente expansión de la OTAN hacia las fronteras occidentales rusas, ha avisado a Occidente que la asistencia militar a Ucrania solo prolongará el conflicto.
Estrategas militares y politólogos instan a Kiev a aprender de la experiencia de la guerra de poder que libró EE.UU. en Afganistán, país que invadió Washington en 2001 con el pretexto de luchar contra los talibanes y abandonó tras dos décadas, dejándolo en ruinas y matando a cientos de miles de civiles.
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