Desde el inicio del conflicto en ucrania los países occidentales, con EEUU a la cabeza, han impuesto multitud de sanciones económicas y financieras a Rusia y a su economía; para ser más exactos, occidente, básicamente la Unión Europea, más EEUU y el G7, han castigado a Rusia con más de 13 mil sanciones de diversos tipos.
Entre las sanciones principales por la intervención militar de Rusia en ucrania tenemos el congelamiento de las reservas internacionales de Rusia en el extranjero, así como la exclusión del país eslavo del sistema de pagos internacionales controlado por Washington, es decir, del SWIFT.
Estas dos medidas tenían por objetivo, según el propio presidente estadounidense, Joe Biden, destrozar la economía rusa y dejar en escombros la moneda rusa, o sea, el rublo. pero además de estas dos medidas punitivas contra Rusia, también Washington impulsó el cese de la compra del gas, petróleo y carbón mineral ruso por parte de los países de la misma Unión europea; gas, petróleo y carbón que EEUU sustituyó con el suyo propio, solo que a un costo 2, 3, 4, o más veces, que su similar ruso.
Estas medidas no solo tenían como objetivo arruinar la economía rusa, sino que también tenían por objetivo arruinar a la misma economía europea privándoles de las materias primas y energía barata rusas para sustituirlas con la energía y materias primas más caras de los propios EEUU.
Esta privación de la energía y materias primas baratas rusas dejó a la unión europea en una desventaja competitiva muy importante respecto a sus rivales comerciales, de tal modo que esta situación afectó gravemente a sus empresas, lo que orilló al cierre de muchas de ellas, o al traslado de su producción al territorio estadounidense, o al de México o Canadá, para aprovechar de esa manera el tratado de libre comercio de Norteamérica. Pero esta situación también trajo como resultado una inflación galopante en la misma unión europea, así como la devaluación del euro y la recesión económica en la zona del euro.
Pero a pesar de que EEUU aprovechó esta ola de sanciones contra Rusia para vender su petróleo y gas, así como para atraer a las empresas europeas a su territorio, esto no impidió que los mismos EEUU vieran como su moneda, el dólar, pierde valor a un ritmo muy acelerado, y tampoco impidió que el país de las hamburguesas entre en recesión y mantenga una inflación muy alta.
No obstante, Rusia pese a ser la victima de toda esta ola de sanciones occidentales logró superar la prueba y ahora su economía sorprendentemente crece a un ritmo del 2,5%; y no solo eso, sino que el mismo ingreso de las empresas rusas aumentó en más del doble, rompiendo con ello un récord al alcanzar los 1.268 billones de rublos (casi 15 billones de dólares), frente a los 655 billones de 2021.
El rublo, la moneda rusa, si bien en un inicio sufrió el embate de las sanciones occidentales, devaluándose un 100%, en solo cuestión de dos meses logró recuperarse, y no solo logró recuperarse, sino que se revaluó con respecto a los años anteriores a la guerra. Esta recuperación del rublo ruso se logró gracias a las medidas tomadas por el gobierno ruso respecto a la venta de sus materias primas y energía solo en rublos, así como a fijar el precio del mismo rublo al precio del oro.
Pero esta guerra económica de occidente no solo trajo como consecuencia la recesión económica tanto en la unión europea, como en los EEUU, sino que también significó un duro golpe al valor de dólar, porque a raíz de estas sanciones ilegales impuestas a Rusia por parte de EEUU y la Unión europea, es que el mundo comenzó a desconfiar de la moneda estadounidense, así como de sus instituciones financieras, como es el caso del mismo sistema de pagos internacionales SWIFT, de tal modo que el mundo comenzó a alejarse del mismo dólar, provocando con ello una pérdida en su valor y una desaceleración económica en los mismos EEUU, así como un aumento en la deuda pública de la Unión Americana, deuda que año con año rompe récords, situándose actualmente en los 33 billones de dólares, superando ya en más del 140% el PIB (producto interno bruto) estadounidense; es decir, que la deuda supera en más del doble todo lo que produce EEUU en un año.
Y toda esta situación que vive actualmente tanto los EEUU, como la propia Unión Europea, es consecuencia en gran medida de la guerra económica desatada contra la federación rusa; pues debido a que la industria europea pierde competitividad a grandes pasos, es que esta región del mundo ha entrado en estanflación, es decir, en una recesión económica sumada a una importante inflación, inflación superior al 10%; mientras que en los EEUU sucede una situación similar debido a la desdolarización que está experimentando actualmente el mundo; desdolarización motivada y empujada por el mismo gobierno estadounidense al tomar al mismo dólar como un arma de chantaje y presión política y económica contra sus enemigos y sus rivales, en este caso, contra Rusia.
Esta acción de hacer del dólar un arma de presión ´política y económica es lo que ha llevado al mundo a deshacerse de sus dólares para abrazar en su lugar al yuan chino, así como a otras monedas importantes, como puede ser el mismo rublo ruso.
Es por eso que al perder mercado el dólar, consecuentemente también pierde valor, y eso tiene como consecuencia una devaluación de la moneda norteamericana, lo que a su vez lleva a una inflación en el territorio norteamericano pues ahora tienen que pagar más dólares por el mismo producto; y eso, se entiende, también lleva a un aumento de la deuda pública estadounidense, así como a una recesión económica.
Rusia, junto con China, Irán, el grupo de los BRICS, así como muchos otros países, están impulsando una agenda de desdolarización global, desdolarización a favor muchas veces de la moneda china, es decir, del yuan. Y es que eso no es casual, pues si bien EEUU aún es un importante mercado a nivel mundial, china tiene años que ya los ha superado, de tal modo que en términos reales la economía china es la mayor del planeta; por lo tanto, tiene lógica que el mundo se deshaga de sus dólares para abrazar en su lugar a la moneda china, púes su mercado, el chino, es actualmente el principal mercado del planeta. De tal forma que no tiene sentido acumular dólares si vas a comprar productos chinos, o si vas a vender tus productos a los chinos; de tal modo que lo lógico es guardar yuanes para comprar productos chinos o rusos, pero no dólares. Asimismo, tanto china, como Rusia, están comprando, y vendiendo, respectivamente, su petróleo, gas, materias primas y productos manufacturados en yuanes, y en menor medida, en rublos; o en su defecto, en sus respectivas monedas nacionales.
Este es el caso de Irán, Arabia Saudita, catar, Brasil y Venezuela, países que están utilizando exclusivamente la moneda china, el yuan, en su intercambio comercial con China. Y esto no es cosa menor, pues esos países, o son grandes economías, o son grandes productores de petróleo y gas, por lo que ya podemos ir hablando de un Petro-yuan, Petro-yuan que terminará por destronar al dólar de su estatus de moneda de reserva internacional preponderante; lo que llevará, como ya lo he mencionado, a un colapso económico y financiero en los EEUU, acabando con ello con el imperialismo norteamericano.
Desde hace muchos años he venido manejando la tesis de que para acabar con la hegemonía de EEUU el camino más fácil y menos conflictivo era, precisamente, acabar con su moneda, es decir, con el dólar; ¿y cómo se lograría éso?, pues simplemente dejándolo de utilizar; y eso es precisamente lo que ha terminado por comprender el mundo, por eso esta ola de desdolarización que recorre el planeta, pues una vez acabando con el dólar, se acaba con el poder hegemónico estadounidense, tanto en lo militar, como en lo económico y financiero, y probablemente sin terminar con una guerra mundial. Es como dice el refrán, muerto el perro, se acaba con la rabia.
De tal modo que, si bien esta guerra comercial y económica iniciada contra Rusia a raíz de su operación militar en ucrania tenía como objetivo dejar en ruinas la economía rusa, y en escombros a su moneda, según palabras del propio Joe Biden, presidente de los EEUU, su verdadero efecto va a ser todo lo contrario, es decir, que en realidad va a significar el fin del imperio estadounidense, así como el fin de la hegemonía del dólar.
Asimismo, esta guerra comercial y económica iniciada por Joe biden contra Rusia, así como la guerra comercial y tecnológica iniciada por el expresidente estadounidense, Donald Trump, contra China, solo va a resultar en el surgimiento definitivo de China como potencia global dominante, tanto en lo económico, como en lo militar, pero con una ideología más humana y respetuosa que lo que representó el imperio estadounidense, porque china esta más enfocada en lo económico, que en lo militar. Y no solo eso, sino que el eje Pekín-Moscú va a representar a la nueva OTAN euroasiática, dejando a la OTAN anglosajona-europea en pañales, pues el poder de esta nueva alianza Ruso-China no tendrá parangón en el mundo y será muy superior a lo que fue alguna vez la misma OTAN. Cabe destacar que el término OTAN aquí es utilizado como un eufemismo, pues nada tiene que ver Rusia y china con el mundo occidental y la misma OTAN, porque esta significa Organización del Tratado del Atlántico Norte, mientras que en el caso de Rusia y china sería una alianza euroasiática, no norte-atlántica.
De este modo, las sanciones y malos deseos para Rusia y China se vuelven como un boomerang contra los que las impusieron; y, asimismo, se transforman en la venganza ruso-china contra occidente, y muy especialmente contra los EEUU de Norteamérica. Es como dice el refrán: el que ríe al último, ríe mejor.
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