Aunque personajes como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, promueven una autonomía en materia de defensa para la Unión Europea (UE), el conflicto en Ucrania deja de relieve el gran vínculo que tiene hacia el complejo armamentístico norteamericano.
Incluso una encuesta realizada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) revela que el 74% de los encuestados cree que Europa necesita desarrollar sus propias capacidades de defensa. Algunos de los países donde más ha crecido el descontento por la dependencia hacia Washington son Hungría, los Países Bajos y Alemania.
Sin embargo, en el Pentágono saben que Bruselas tiene las cosas muy complicadas para lograr una autonomía total.
"Nuestros socios y aliados europeos nunca han experimentado algo así. Aún no tienen la producción de defensa que las autoridades necesitan [para producir rápido] y realmente nos han buscado para saber cómo incrementar su producción. Creo que están aprendiendo mucho de nosotros", declaró un oficial del Departamento de Defensa de Estados Unidos a Politico, de forma anónima.
La imposibilidad de seguir el paso de la industria estadounidense se refleja en las compras que han hecho los países europeos durante el último año a los grandes fabricantes norteamericanos, a raíz del conflicto en Ucrania, país al que Occidente ha enviado cantidades masivas de armamento. Esto ha sido confirmado por organismos como el Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, Polonia —uno de los países que más ha promovido políticas antirrusas— está en conversaciones con la empresa Lockheed Martin para producir municiones para los Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (Himars, por sus siglas en inglés).
De hecho, las autoridades polacas firmaron este 2023 un contrato por más de 1.400 millones de dólares para comprar 116 tanques Abrams M1A1 y otro más por 10.000 millones de dólares para adquirir sistemas Himars.
"Aunque la mayoría de los países de la Unión Europea aún no cumplen el objetivo de la OTAN [liderada por Washington] de gastar el 2% del PIB en defensa, la alianza ha experimentado ocho años de aumentos constantes del gasto. En 2022, el gasto de los países europeos aumentó un 13%, hasta 345.000 millones de dólares, casi un tercio más que hace una década", señala Politico.
Lo anterior se contrapone a las propuestas impulsadas por Macron y el Comisionado Internacional de Mercado francés, Thierry Breton, quienes apuestan por invertir los recursos propios de la región en la industria de defensa europea y no en las compañías estadounidenses, a la que actualmente destinan la mitad de su presupuesto, según el medio.
"Debemos desarrollar una base tecnológica e industrial de defensa genuinamente europea para beneficio de todos los países, y desplegar una completa soberanía de equipo a nivel europeo", declaró en mayo el mandatario francés durante la conferencia de la organización no gubernamental, GLOBSEC, en Bratislava.
Recientemente trascendió que los ministros de defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) planean reunirse con los principales fabricantes de la industria armamentística occidental para crear un nuevo Plan de Acción para la Producción de Defensa, en un contexto complejo en que se están enviando miles de millones de dólares en armamento al Ejército de Zelenski, provocando escasez en algunos arsenales europeos.
Algunas de las compañías que participarán en dichas reuniones son Raytheon Technologies y Lockheed Martin, ambas de origen estadounidense, según información de Euractiv.
Una de las conclusiones a las que llega el análisis de Politico es que, "aunque las empresas europeas tienen una gran experiencia en defensa, la envergadura de la industria armamentística estadounidense, así como su innovación tecnológica, la hacen atractiva para los compradores de armas europeos".
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