Las personas más adineradas del planeta siempre han estado rodeadas de un aparente halo de misterio. A continuación, vamos a intentar a intentar arrojar algo de luz para ver quiénes son realmente.
A principios de este año, Intermon Oxfam publicaba un informe demoledor: todos nosotros vivimos en un sistema económico que funciona para favorecer al 1% de la población mundial. Es decir, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta.
Las cifras que ofrece el informe son tan interesantes como desoladoras: en 2015, 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones de personas juntas, lo que equivale a la mitad más pobre de la humanidad. Y no hace mucho, en 2010, esta relación de desigualdad era de 388 personas contra la mitad de la población del planeta.
Esta abrumadora desigualdad tiene una perversa tendencia a crecer en el seno de un sistema socioeconómico que, a todas luces, la alimenta: la riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 44 % en apenas cinco años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares.
¿Cómo funciona el entramado de poder?
Es innegable que los grandes beneficiados de la economía mundial son quienes más tienen y que su poder se está utilizando para manipular el sistema y ampliar así aún más la brecha entre ricos y pobres.
El informe denuncia que, una vez que el dinero cae en manos de los más adinerados, existe "un complejo entramado de paraísos fiscales y toda una industria de gestores de grandes patrimonios" que garantizan que esa riqueza "no sea redistribuida" y que quede fuera del alcance de la ciudadanía en su conjunto y de los gobiernos.
Concretamente, este sistema florece gracias a un enjambre de "profesionales muy bien remunerados en la banca privada y de inversión, despachos de abogados o auditores" que solo pueden permitirse utilizar las personas con más recursos y las grandes empresas, con el objetivo de evitar tributar lo que en realidad les corresponde.
Ya lo señalaba el empresario estadounidense Warren Buffett, mayor accionista de la firma Berkshire Hathaway: en la práctica paga menos impuestos que cualquiera de las otras personas de su oficina, incluido el personal de la limpieza.
La organización humanitaria destaca que el sector bancario es uno de los refugios más seguros para la evasión fiscal. Tanto es así, que la mayor parte de la riqueza 'offshore' está gestionada por tan sólo 50 grandes bancos. Por su parte, el Colegio Internacional de Abogados, que agrupa a los profesionales del sector de todo el mundo, califica ésta práctica como una vulneración de los derechos humanos.
Además, denuncia el informe, los bancos llevan a cabo intensas actividades de lobby con el objetivo de proteger toda esta arquitectura mundial, al igual que empresas del sector de las industrias extractivas y las compañías farmacéuticas.
Y todo tiene sus consecuencias...
El documento señala que el hecho de que las personalidades más ricas del mundo traten de evitar tributar lo que les corresponde ha empujado a los gobiernos de las naciones que no son paraísos fiscales a "competir en una incesante carrera a la baja por reducir los tipos impositivos que gravan a las empresas y a las grandes fortunas, castigando las arcas públicas".
Como consecuencia, estos impuestos no recaudados comprometen los presupuestos públicos, lo que a su vez se traduce en recortes en sanidad o educación y hace que los Gobiernos dependan cada vez más de impuestos indirectos como el IVA.
La desfachatez de la fortuna, en datos:
La riqueza individual oculta en paraísos fiscales asciende a 7,6 billones de dólares, una suma mayor que el PIB del Reino Unido y Alemania juntos.
La suma de los ingresos fiscales que pierden África, Asia y América Latina a causa de esta riqueza oculta asciende a unos 70.000 millones de dólares anuales.
El 90% de las 200 empresas analizadas por Oxfam, entre ellas las más grandes del mundo, tienen presencia en paraísos fiscales.
La inversión dirigida a paraísos fiscales en 2014 fue casi cuatro veces mayor que en 2001.
Hasta el 30% de la fortuna de los africanos más ricos se encuentra en paraísos fiscales, lo que supone una pérdida fiscal estimada de 14.000 millones de dólares al año. Esta cantidad sería suficiente para salvar la vida de 4 millones de niños al año.
La desigualdad económica también agrava las desigualdades existentes entre los grupos sociales, especialmente la desigualdad de género: de las 500 personas más ricas del mundo, 445 son hombres.
Un sistema fiscal que 'blinda' sus fortunas
En esta misma línea, a finales del año pasado el diario 'The New York Times' revelaba que las personas más ricas de EE.UU. cuentan con un sistema fiscal propio que les ahorra miles de millones de dólares en impuestos. Este sistema, explican, opera con cabilderos, abogados y mantiene cuentas en el extranjero con el objetivo de reducir las tasas de impuestos.
"Operando en gran parte fuera de la vista del público -tanto en el tribunal fiscal, como a través de disposiciones legislativas arcanas y en las negociaciones privadas con el Servicio de Impuestos Internos– los ricos han utilizado su influencia para reducir gradual y constantemente la capacidad del Gobierno para gravarlos", denunciaba el artículo.
EE.UU., un paraíso fiscal puntero
Asimismo, a principios de año Bloomberg tildaba a EE.UU. como "la nueva Suiza". Según la agencia, después de años arremetiendo contra otros países por ayudar a los estadounidenses ricos a esconder su dinero en lugares de baja fiscalidad, "EE.UU. se está convirtiendo en un paraíso fiscal secreto y puntero para los extranjeros ricos" al resistirse a aplicar los "nuevos estándares globales de transparencia".
"Todo el mundo, desde abogados de Londres hasta compañías fiduciarias suizas, están tomando cartas en el asunto, ayudando a los más ricos a mover sus cuentas de lugares como las Bahamas y las islas Vírgenes británicas a Nevada, Wyoming y Dakota del Sur", revela el periodista de investigación Jesse Drucker.
"Qué irónico es que EE.UU., que ha sido tan mojigato condenando a los bancos suizos, se haya convertido en la jurisdicción bancaria secreta a la orden del día", critica Peter A. Cotorceanu, abogado del bufete suizo Anaford AG.
Los ricos, ¿una raza aparte?
El periodista Jacques Peretti, quien pasó medio año rodeado de la gente más rica del mundo, incluyendo personalidades como el magnate Wang Jianlin o el multimillonario Tony Fernandes, para realizar el documental 'The super-rich and us' ('Los superricos y nosotros') ha sacado su propia conclusión: el 1% más rico del mundo "se está convirtiendo en una raza aparte, biológica y psicológicamente hablando".
"Lo que comenzó como un simple clan global que tenía dinero se ha convertido en una diferencia biológica. Los ricos ahora viven en su propia biosfera paradisíaca (...) en esta biosfera, comen mejor comida, van a mejores escuelas, visten mejor ropa, toman mejores medicinas y así hasta engendrar un nuevo clan, más puro y más rico", sostiene Peretti.
Asimismo, el periodista ha destacado que esta diferencia no reside únicamente en el dinero, sino en la eugenesia (o mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada), afirmando que "en sus mentes, no son solo más ricos que el resto, sino los mejores".
La batalla paradisíaca entre ricos y superricos
Sería lógico pensar que la clase adinerada puede veranear en cualquier "biosfera paradisíaca" que se tercie, tal y como apuntaba anteriormente el periodista Jacques Peretti. Sin embargo, vamos a hablarles de la peculiar isla en la que ser millonario resulta insuficiente para que se le abran las puertas.
Muchos opinan que el mejor lugar para descansar en Hawái (EE.UU.) es Hualalai, donde los visitantes se hospedan en el hotel Four Seasons o en viviendas privadas y pueden disfrutar de las instalaciones de ese establecimiento o de los servicios del Hualalai Resort Club, por los cuales pagan enormes sumas de dinero.
A cambio, lo único que quieren esas personas es tener la libertad de hacer su voluntad y no escuchar nunca un 'no' por respuesta. Hasta hace poco tiempo, todo funcionaba de esa manera. Sin embargo, ahora resulta insuficiente con ser millonario y es necesario ser multimillonario.
En 2006 Michael Dell, fundador de la compañía Dell, adquirió todo este enclave privilegiado —salvo las casas privadas— y le encargó al hotel Four Seasons la gestión de la zona. A partir de ese momento, los huéspedes del recinto hotelero y los propietarios de Hulalai comenzaron a ver limitados sus derechos.
Christofer Zyda, asesor financiero y propietario de una vivienda en Hulalai, opina que "parece una batalla" entre el 1 % de las personas ricas y el 0,001 % de los superricos del planeta y ha calificado la maniobra como "táctica de la Gestapo".
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Los rasgos de los más ricos
Para la mayoría de las personas, nunca será fácil entender el estilo de vida de los multimillonarios.
Sin embargo, según el último informe elaborado por el equipo del portal analítico Gocompare.com, parece que existen seis características destacadas que subyacen en la pertenencia a esta clase social:
Estar casado y con tres hijos. Así, el 87% de quienes figuran entre los 100 más ricos de 'Forbes' está casado.
Ser Acuario. Este signo del zodiaco se perfila como el más afortunado, seguido de tauro y capricornio.
No profundizar demasiado en la ciencia. Aunque las escuelas superiores más populares entre los multimillonarios son las universidades de Harvard y Stanford, no hace falta continuar los estudios si se cuenta ya con el grado de bachiller (solo el 7% llegaron al doctorado).
Alopecia y miopía. Estar calvo y llevar gafas parece combinar bien con las grandes fortunas, pero en realidad su aumento entre los millonarios que se viene produciendo a lo largo de las dos últimas décadas se debe a la tendencia al envejecimiento de la población humana en general.
Ser hombre. Aunque la cifra de mujeres en el 'top 100' de la gente más rica del mundo creció en los primeros años del siglo XXI, para el año 2016 solo suma un punto más a la cifra que había en 1996. Este centenar sigue siendo una especie de club de caballeros, aunque la entrada de damas 'no se prohíbe'.
El país de origen es decisorio. 40 de los 100 más ricos del mundo son estadounidenses. Entre las explicaciones posibles de esta tendencia geográfica está la promoción del 'sueño americano' y una sólida red de inversionistas con capital de riesgo.
Poniendo rostro a la riqueza
Un ranking publicado recientemente por la agencia Bloomberg pone de manifiesto quiénes son los verdaderos millonarios de nuestro planeta.
El primer lugar es ocupado por Bill Gates, cofundador de Microsoft, con 88.900 millones de dólares, seguido por Warren Buffett, presidente de Berkshire Hathaway, con 71.000 millones de dólares, Amancio Ortega, dueño de Zara, con 69.400 millones de dólares, Jeff Bezos, fundador de Amazon, con 67.700 millones de dólares y por el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, con 52.600 millones de dólares.
En el sexto y el séptimo lugar se encuentran los hermanos Charles y David Koch, propietarios del conglomerado Koch Industries, con 51.000 millones de dólares, seguidos por el empresario mexicano Carlos Slim, con 46.300 millones de dólares y por Larry Ellison, fundador de Oracle, con 42.800 millones de dólares. El puesto número 10 lo ostenta el fundador de IKEA, el sueco Ingvar Kamprad, con 40.200 millones de dólares.
Asimismo, son varios los latinos que lograron 'hacer la América' en EE.UU., donde amasaron fortunas que los colocaron en el reducido grupo del 1% más rico de la población del país.
Esta lista está encabezada por los hermanos Alejandro y Andrés Santo Domingo, aunque en realidad su fortuna fue conseguida por su padre, Julio Mario, oriundo de Colombia, quien forjó el emporio cervecero de Bavaria en su país y lo vendió a SABMiller en 2005. Sus ingresos llegan a los 4.900 millones de dólares.
A continuación se encuentra Jorge Pérez, nacido en Argentina y con padres cubanos, vivió en Colombia antes de instalarse en Miami, en 1968, donde prosperó en la industria de la construcción y con su empresa Related. Su patrimonio alcanza los 3.300 millones de dólares.
Club Bilderberg: ¿decidiendo el destino del planeta?
Poca información trasciende sobre este selecto club formado por las personalidades más poderosas e influyentes del mundo, entre ellos, reyes, aristócratas, políticos, jefes y funcionarios de Estado, banqueros, propietarios y consejeros delegados de los principales conglomerados globales.
Se dice que es una de las 'organizaciones secretas que dirigen el planeta' y que nadie ha llegado a puestos importantes sin haber sido previamente miembro.
Este foro anual, que se celebra en hoteles a puerta cerrada y al que solo se puede asistir mediante invitación, se financia con el dinero que aportan los miembros de la junta directiva.
El analista internacional Carlos Santa María ha declarado en exclusiva a RT cuáles fueron los temas tratados en el encuentro que tuvo lugar en 2016, cuyo objetivo, según el experto, se sabe con certeza que no fue "servir a la Humanidad":
El grado de cohesión de la élite. Es decir, "establecer cuán sólida es la conjunción de intereses, las personalidades que asistieron y su importancia, confrontar a los aliados con dudas y establecer nuevos contactos que demuestren una fortaleza inexpugnable".
Estudiar si los objetivos propuestos en el Nuevo Orden Mundial están asegurados. Y, por tanto, sostiene Santa María, si está garantizada "la continuidad de seguir percibiendo sus riquezas sin sobresaltos a través del desarrollo de ganancias y poder geoestratégico".
Definir qué actores serán protagonistas, peones, gobiernos sirvientes. El analista indica que el objetivo de esto es "establecer las funciones que tendrán que jugar en este plan ya programado".
Identificar obstáculos y su grado de fuerza. "Un objetivo no transable es investigar los mecanismos más adecuados en esta época para eliminar los países y dirigentes con concepciones divergentes; líderes y naciones como Putin, Maduro, Irán, China, serán blancos", indica.
Planificar las próximas acciones y nodos de conflicto, entre los cuales el analista destaca la situación en Siria, el "debilitamiento del ejército iraquí para provocar una 'nueva Libia'" o "las amenazas a Irán con el objetivo de quebrar su influencia global".
Establecer nuevas metodologías de acción política armada o "pacífica" y la evaluación permanente para ver cómo se concreta el proyecto.
A pesar de que el evento está cerrado "a la participación de periodistas para favorecer las opiniones y el diálogo al máximo nivel posible", según la web oficial del club Bilderberg, estas son algunas de las 'perlas' que sus asistentes han soltado por la boca:
David Rockefeller, patriarca de la conocida familia de banqueros: "algunos creen que somos parte de una cábala secreta que trabaja contra los intereses de EE.UU. y nos describen a mí y a mi familia como 'internacionalistas' que conspiran con personas de todo el mundo para construir una estructura política y económica global más integrada: un mundo unificado, si lo prefieren. Si ese es mi delito, me declaro culpable y me siento orgulloso de ello".
Bill Gates, cofundador de Microsoft: "actualmente viven en el mundo 6.800 millones de personas. Pronto vivirán hasta 9.000 millones. Si hacemos un gran trabajo sobre nuevas vacunas, atención médica y servicios de salud reproductiva, podríamos rebajar esta cifra entre un 10% y 15%".
David Rockefeller: "la soberanía supranacional de una élite intelectual y banqueros mundiales es seguramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en los siglos pasados".
Henry Kissinger, exsecretario de Estado de EE.UU.: "si se dijera que existe una amenaza externa, real o promulgada, que amenazara nuestra existencia… todos renunciarían voluntariamente a los derechos individuales ante la garantía de bienestar que les ofrecería un Gobierno Mundial".
Arthur Schlesinger, Jr., historiador y ganador de un Pulitzer: "no lograremos un nuevo orden mundial sin pagar por ello con sangre, palabras y dinero".
"La desigualdad es una consecuencia inevitable"
Que la pobreza sea consecuencia directa de la riqueza conlleva a un debate bastante controvertido.
Según el multimillonario estadounidense Warren Buffett, el aumento de la desigualdad entre ricos y pobres es una "consecuencia inevitable" de una economía de mercado avanzada.
El magnate, que hizo su fortuna participando en el conglomerado multinacional de Berkshire Hathaway, destaca que "no hay ninguna conspiración detrás de este hecho deprimente: los pobres seguramente no son pobres porque los ricos sean ricos".
Buffett sostiene que los ricos no tienen pocos méritos, ya que "la mayoría ha contribuido con innovaciones espectaculares o experiencia de gestión" a la economía de EE.UU. y el país vive "mucho mejor gracias a Henry Ford, Steve Jobs o Sam Walton".
La cara amarga de la moneda
Desgraciadamente, la pobreza es una situación socioeconómica que está muy presente en pleno siglo XXI y afecta sobre todo a los países menos desarrollados del planeta. Su cara más deformada es la desnutrición infantil y la expansión de epidemias y enfermedades, lo que provoca la muerte de miles de personas al día.
A continuación, les presentamos 11 datos sobre la pobreza mundial completamente desoladores.
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La cara humana de la fortuna
Ser adinerado no siempre es sinónimo de codicia. Así lo demuestran las acciones de filantropía de multitud de millonarios que, después de haber alcanzado grandes logros en su vida, no se han convertido en esclavos de su riqueza sino que han decidido compartirla con aquellos que más lo necesitan.
Vladislav Tetyukhin, ex copropietario de VSMPO-AVISMA Corporation, el mayor productor mundial de titanio. A sus 80 años, en vez de comprarse una mansión en un país cálido decidió vender todas sus acciones y con los 3.300 millones de rublos que obtuvo mandó construir un centro médico en Nizhni Taguil (óblast de Sverdlovsk). Además, planea construir un hotel, viviendas, un albergue para estudiantes, una unidad de transporte y un helipuerto.
Chuck Feeney, cofundador de las tiendas Duty Free. En 1988, 'Forbes' situó a Feeney en el puesto 31 de los más ricos sin saber que, en parte, no era cierto: para ese momento, el multimillonario había donado multitud de su dinero a varias instituciones y organizaciones de forma anónima. Solo su fundación Atlantic Philanthropies ha donado más de 6.200 millones de dólares desde su creación en 1982.
Brian Burnie, fundador de la consultoría Kelburn Holdings. Cuando su esposa fue diagnosticada de cáncer, este millonario invirtió gran parte de su fortuna en la creación de vehículos médicos de alta tecnología para los pacientes de esta enfermedad. Además de pagar el salario de los médicos de su bolsillo, vendió varias propiedades para donarlo a la caridad.
Olav Thon, propietario de una red de hoteles. Este multimillonario noruego ha decidido invertir toda su fortuna (alrededor de 6.000 millones de dólares) en un fondo destinado a la investigación científica y diversos programas benéficos.
Tim Cook, director ejecutivo de Apple. Cook decidió donar casi toda su fortuna, unos 785 millones de dólares, sin concretar a qué proyectos o instituciones los destinaría. Solamente ha dejado claro que se quedará con un 10% para asegurar los estudios de su sobrino.
Al-Walid bin Talal, príncipe saudita. El miembro de la realeza anunció que donará 32.000 millones de dólares a una fundación para que sea entregada a entidades de caridad que luchan por la salud, la erradicación de enfermedades, ayuda humanitaria y los derechos de las mujeres.
Warren Buffett, mayor accionista de la firma Berkshire Hathaway. El magnate se comprometió a ceder más del 99% de su fortuna a causas benéficas durante su vida o después de su muerte. Hasta ahora ha donado más de 20.000 millones de dólares a diversas causas.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. El multimillonario anunció su intención de dejar prácticamente la totalidad de su fortuna, el 99% de las acciones del gigante azul, a la Chan Zuckerberg Foundation para obras de la caridad.
Bill Gates, cofundador de Microsoft. El magnate, junto a su mujer, Melinda, ha creado la fundación privada de caridad más grande del mundo. Los Gates han donado a la caridad una suma de 38.000 millones de dólares y centran su lucha en ofrecer vacunas para enfermedades en países que no cuentan con acceso a tratamientos, entre otros proyectos.
¿Qué les depara a los ricos?
No parece que vaya a cesar el crecimiento del número de ricos ni de sus fortunas. Se prevé que para el año 2018 haya más de 18 personas billonarias en todo el mundo, con control sobre unos activos financieros personales por valor de alrededor de 76 billones de dólares.
El informe de Intermon Oxfam afirma que los mercados emergentes supondrán aproximadamente el 42% de la riqueza milmillonaria a nivel mundial.
Además, parece que se dibuja una brecha social entre ricos y pobres cada vez más pronunciada. Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor del libro 'Sapiens: Una breve historia de la Humanidad', predijo el mayo pasado que en el futuro los ricos tendrán la posibilidad de vivir para siempre mientras que los pobres se extinguirán.
Según él, "en los próximos 200 años el 'Homo sapiens' se actualizará hasta convertirse en algo similar a un ser divino, ya sea a través de la manipulación biológica, la ingeniería genética o la creación de ciborgs con una parte orgánica y otra no orgánica".
Cambio de tendencia
La consultoría Capgemini ha revelado en su Informe Mundial de la Riqueza 2016 una tendencia inédita hasta la fecha: la región Asia-Pacífico supera por primera vez a Norteamérica tanto en número de millonarios como en su nivel de patrimonio. De esta forma, con 17,4 billones de dólares en manos de grandes fortunas, se trata de la región con mayor riqueza del mundo.
Además, el documento destaca que para el año 2025, la riqueza mundial va a alcanzar los 100 billones de dólares impulsada principalmente por la región Asia-Pacífico.
Para concluir, cabe destacar que el futuro está por escribir: aunque todavía no se sepa cuál será el área geográfica con más personas multimillonarias o con mayor crecimiento económico dentro de 100 años, lo que parece más evidente es que todos debemos de tender hacia medidas que pongan fin a la actual crisis de desigualdad con el objetivo de defender los intereses de la mayoría.
Redactado por Yulia Nitchiporenko
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