La visita relámpago se centró principalmente en la reconstrucción de los lazos entre Washington y Riad, pero también involucró otros temas, incluido el impulso agresivo pero infructuoso de la Administración de Joe Biden para mediar en la normalización Riad-Tel Aviv.
Durante la visita, el principal diplomático estadounidense se sentó para una entrevista con Asharq News en idioma árabe, respondiendo preguntas sobre una variedad de temas, desde el programa nuclear de Irán hasta la guerra de Ucrania.
Las respuestas de Blinken estuvieron marcadas por inconsistencias flagrantes y afirmaciones falsas, en particular con respecto a los esfuerzos por reavivir el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o J-C-POA, por sus siglas en inglés), comúnmente conocido como el acuerdo nuclear con Irán.
Cuando se le preguntó si Estados Unidos estaba “tratando de revivir las negociaciones” sobre el acuerdo nuclear de 2015, el secretario de Estado de Estados Unidos dijo que “desde el primer día” EEUU “hizo un esfuerzo significativo en esa dirección”.
“Entonces, desde el primer día, tratamos de determinar si era posible volver al cumplimiento mutuo con el J-C-POA, e hicimos un esfuerzo significativo en esa dirección, al igual que los socios europeos y, para el caso, Rusia y China”, dijo Blinken durante la entrevista.
“Pero Irán no pudo o no quiso hacer lo necesario para volver a cumplir con el J-C-POA. Entonces, el J-C-POA no es nuestro enfoque”, se apresuró a agregar.
Una simple verificación de hechos es para dejar las cosas claras.
Fue el Gobierno de EEUU, bajo el megalómano expresidente Donald Trump, que abandonó unilateralmente el histórico acuerdo nuclear en mayo de 2018 y restableció una serie de sanciones contra Irán.
La medida violaba por completo el acuerdo y las obligaciones legales de Washington en virtud de la Resolución 2231, la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
Irán adoptó la paciencia estratégica durante un año, esperando que los signatarios europeos salvaran el acuerdo, y solo entonces anunció medidas de represalia, que incluían aumentar gradualmente el enriquecimiento de uranio de acuerdo con una ley aprobada por el Parlamento iraní.
El sucesor de Trump, Joe Biden, se comprometió a revertir la llamada “campaña de máxima presión” contra Irán, la cual violó el acuerdo multilateral y puso al descubierto la infame hipocresía estadounidense.
Sin embargo, después de más de dos años en el cargo, Biden no solo no ha logrado revertir las medidas duras de su predecesor, sino que se ha redoblado y ha empeorado la situación.
Desde abril de 2021, Irán y las partes restantes del acuerdo nuclear de 2015 se han involucrado en negociaciones maratónicas en Viena, facilitadas por la Unión Europea, para reactivar el acuerdo y levantar las sanciones.
A pesar de un cierto grado de progreso, no ha habido un consenso principalmente debido a la política de dilación adoptada por la Administración Biden, con Blinken y su agente en temas relacionados con Irán, Rob Malley, jugando un papel clave para dejar que el proceso se prolongue.
Los comentarios de Blinken acerca de que EE.UU. está considerando “volver al cumplimiento mutuo” del acuerdo y hacer “un esfuerzo significativo en esa dirección” no se sostienen cuando examinamos las realidades y las acciones realizadas por EE.UU. en los últimos dos años.
Irán sigue siendo una parte clave del acuerdo, a diferencia de EEUU, que unilateral e irresponsablemente lo abandonó. Irán ha sostenido que las medidas que ha tomado desde mayo de 2019 para aumentar su enriquecimiento de uranio son reversibles si Estados Unidos vuelve al acuerdo de buena fe y levanta todas las sanciones ilegales.
La declaración de Blinken de que Irán “no pudo o no quiso hacer lo necesario para volver a cumplir con el J-C-POA” tampoco pasa la prueba de verificación de hechos.
Estados Unidos abandonó el acuerdo. EE.UU. incumplió sus compromisos en virtud del acuerdo. EE.UU. dejó de cumplir con el acuerdo. EE.UU. y volvió a imponer sanciones a Irán. EE.UU. lanzó la llamada “campaña de máxima presión” contra la República Islámica.
En los últimos dos años, es Estados Unidos el que no ha dado garantías a Irán de que no volverá a violar los términos del acuerdo. Es Estados Unidos el que ha convertido las sanciones en un arma contra el pueblo de Irán mientras cantaletea sobre los derechos humanos.
Estados Unidos también se ha negado a compensar a Irán por las pérdidas causadas por las sanciones mientras ejerce presión sobre la Agencia Internacional de Energía Atómica de Irán (AIEA) para politizar su trabajo puramente técnico.
El culpable aquí es Estados Unidos. Irán tiene derecho, como signatario del Tratado de la No Proliferación Nuclear (TNP), a continuar con su programa de energía nuclear con fines pacíficos y científicos.
La naturaleza pacífica del programa nuclear de Irán ha sido atestiguada por la Agencia Internacional de Energía Atómica, que realiza inspecciones periódicas en varias instalaciones nucleares del país y hasta la fecha no ha notado ni informado de ninguna actividad que indique divergencia o desviación en el programa.
La pelota está en el tejado de la Administración Biden. Tiene que salvar el trato con acciones y no retóricas.
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